Hace tres meses las empresas trabajaban con absoluta normalidad, consideraban sus procesos eficientes, eficaces y, sobre todo, resistentes a los cambios del entorno.

A la fecha todo lo creído con anterioridad se ha puesto en entredicho. La falsa seguridad de la estabilidad escondía la enorme incertidumbre a la que todas las empresas nos enfrentamos cada día y, dentro de ello, la logística es un punto clave.

En un mundo cada vez más interconectado y global un hecho aislado a 8.000 kilómetros puede tener incidencia en el suministro local de una empresa. Cuando tomas perspectiva de esto, uno asume la enorme exposición y vulnerabilidad que sufre la cadena de suministro y bajo el principio que indica que toda cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, se debe asumir que actualmente la logística está enormemente influencia por todas las debilidades a las que se enfrentan los actores que participan.

No se dispone de una bola de cristal que anticipe el futuro y no todas las empresas pueden permitirse disponer de una estructura que permita manejar varias alternativas a escenarios como el que actualmente nos enfrentamos. No obstante, sí debemos hacer autocrítica y asumir que la prevención, aunque costosa, es una de las principales ventajas competitivas que puede tener una empresa en el futuro y que preparar planes de contingencia debe ser una actividad que toda empresa debe incorporar a su presupuesto anual.

La empresa debe disponer de procesos y procedimientos robustos que acaparen el mayor número de escenarios y variables posibles si bien es imposible, por practicidad y complejidad, poder tener controlados todos los hechos susceptibles de ocurrir. No obstante, disponer de alternativas o al menos conocerlas en aquellos aprovisionamientos clave, puede permitir a la empresa una reacción más rápida, así como un camino ya estudiado que evitará abordar el problema una vez ya sufrimos sus consecuencias reduciendo, así, los errores y los costes que genera la toma de decisiones bajo la necesidad y la premura.

La comunicación transparente con los clientes y proveedores es algo imprescindible para reforzar las cadenas de suministro. Contar con previsiones de nuestros clientes es un punto de partida que permite planificar con tiempo y poder hacer frente a imprevistos sin que el lead time se vea afectado. Por otra parte, cuando actuamos como clientes, debemos suministrar en la medida de lo posible información a nuestros proveedores para controlar el tempo de nuestros pedidos. De este modo, a la visión local de la empresa se le añaden las necesidades del resto de actores, así como sus conocimientos y experiencias con otros proveedores y clientes que enriquecen los procesos de la empresa.

Hoy el mundo ha sufrido una derrota que ha desencadenado muertes, contagios, desabastecimientos o restricciones en los movimientos de personas y mercancías cuyas consecuencias para la actividad económica mundial son difíciles de prever y valorar.

Sin embargo, no debemos caer en el pesimismo y la culpa, pues todo lo que hoy vivimos ha abierto la puerta a un sinfín de oportunidades y puntos de mejora que aquellos que sepan leer, anticipar y trabajar les permitirá no sólo volver a la actividad normal sino salir reforzados.

Somos conscientes de ello y desde hace semanas trabajamos en mejorar nuestros procesos para poder ofrecer a nuestros clientes soluciones y hacer a nuestros proveedores más competitivos gracias a nuestro nivel de exigencia.

Ver el lado bueno de las cosas requiere de humildad, compromiso y actitud, algo que, pase lo que pase, siempre se podrá encontrar en los empleados que forman parte de esta empresa.

Ánimo.

* Gerente de Logística y Controller en HC Clover PS