Este invierno 2019-2020 en general, en gran parte del territorio español, ha sido el más cálido de la serie de muchos Observatorios, o al menos el segundo más cálido de la serie. En el centro de Girona y Salt ha sido el más cálido de sus respectivas series, iniciadas en los años 1884 y 1999, respectivamente. En cambio en el aeropuerto de Girona ha sido el segundo invierno más cálido desde 1971 por detrás de 1989-90. Según el foro de meteorología Tiempo, antiguo Meteored, en las zonas elevadas de España, en las cordilleras, ha sido el invierno más cálido con diferencia. Por ejemplo, en Navacerrada lo ha sido, el 1 de febrero, con 7,1 ºC de media, 1,7 ºC de anomalía térmica positiva respecto del anterior febrero más cálido, en febrero de 1990. En cambio, en observatorios del interior peninsulares no afectados por la subsidencia cálida del anticiclón durante la noche, ya que están por debajo de el nivel inferior de la inversión térmica, ha sido un invierno cálido, pero hay varios más cálidos. Es el caso del observatorio aragonés de Daroca, con datos desde 1900, donde ha sido el séptimo invierno más cálido de la serie. Este invierno ha sido bastante seco en el interior peninsular, no en la fachada mediterránea, con predominio de situaciones anticiclónicas o advecciones secas, con vientos no muy fuertes. Esto ha favorecido las inversiones térmicas que han dado anomalías positivas extremas en las cordilleras y no tan importantes en el fondo de los valles. Por tanto, este invierno hemos podido captar la riqueza climática y la variabilidad climática de España.