Un total de ocho ejemplares de cormorán moñudo acaban de ser marcados con equipamientos de seguimiento remoto en dos localidades del litoral mediterráneo, en concreto en la Isla Grosa (Murcia) y en la Isla del Aire (Menorca). Esta acción ha sido realizada por expertos de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona en colaboración con la Asociación Naturalista del Sureste (ANSE), dentro el marco del proyecto AMARYPESCA dirigido por el catedrático Jacob González-Solís y coordinado por la investigadora Virginia Morera, miembros del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambiental (UB-IRBio).

El proyecto, financiado por la Fundación Biodiversidad con el apoyo del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP), tiene por objetivo evaluar la eficacia de la Red de Áreas Marinas Protegidas de España y proponer medidas para mejorar la gestión pesquera y acuícola y la conservación de las aves marinas pelágicas y costeras de las Islas Canarias y del Levante. En el marco del proyecto AMARYPESCA, la investigación en el Mediterráneo se centrará en las especies del cormorán moñudo (Gulosus aristotelis), la gaviota patiamarilla (Larus michahellis), la gaviota de Audouin (Larus audouinii) y la pardela cenicienta (Calonectris diomedea). En el entorno del archipiélago canario, se hará un seguimiento de las poblaciones de la pardela cenicienta del Atlántico (Calonectris borealis) y el petrel de Bulwer (Bulweria bulwerii).

El cormorán moñudo -una de las aves marinas más singulares del Levante peninsular- es una especie afectada por la interacción con actividades humanas en el medio marino (captura accidental, pesca deportiva, etc.). A pesar de estar incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas con la categoría de vulnerable, esta especie no goza de ningún plan de conservación tal como indica la legislación. En relación a la ecología de esta especie marina, todavía hay muchas incógnitas sobre sus áreas de alimentación en el Mediterráneo.

Los expertos quieren evaluar si las áreas de alimentación de la especie se encuentran dentro de la Red de Áreas Marinas Protegidas de España (Rampe), donde también se incluyen las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Otro de los objetivos fundamentales del estudio es determinar los factores que modulan la interacción entre estas aves marinas y la flota pesquera artesanal o la acuicultura, unas actividades ampliamente desarrolladas en el Mediterráneo occidental.