Estamos atravesando el peor momento de la crisis provocada por el Covid19. Hoy sin duda la prioridad absoluta es la salud y la seguridad de los ciudadanos, consolar el dolor de las personas que han perdido a un ser querido y ayudar a familias, pymes y trabajadores afectados por la pérdida de empleo o por la dificultad de hacer frente a sus compromisos.

¿Qué enseñanzas nos dejará esta crisis? Una de ellas es la capacidad de respuesta de los ciudadanos. Ante una situación de necesidad, las empresas y profesionales, tanto del ámbito privado como público, se han puesto al servicio de la sociedad antes incluso de que se decretase el Estado de Alarma.

Durante estos días, hemos visto como los autónomos, las empresas y sus trabajadores se han volcado en dar servicio a los ciudadanos: supermercados, comercios de alimentación, farmacias, mercados, empresas de suministros, redes logísticas?

Las empresas valencianas han sabido reaccionar a tiempo, manteniendo el abastecimiento de productos alimentarios así como los suministros energéticos. Muchas de ellas han adaptado su producción hacia las necesidades más urgentes de la crisis del Covid19.

Si algo ha demostrado esta situación es que tenemos unas empresas y trabajadores excepcionales, preparados y dispuestos a cumplir con su deber con todo el esfuerzo que suponga.

Nuestras empresas son una de nuestros principales activos como sociedad. Cuando todo esto pase, tendremos por delante un reto enorme: recuperar la actividad económica en un mundo que no será el mismo.

Contamos con muchas fortalezas. Un sector exportador que nos ayudó a salir de la anterior crisis y estoy seguro de que lo hará también en ésta. La industria de la alimentación, manufacturera y de automoción, cerámica, química, papel y energética, los sectores tradicionales, la agricultura, con un alto porcentaje de su producción destinado a la exportación, serán los motores de la recuperación económica. Por eso tendremos que apoyarlas entre todos, las cámaras de comercio las primeras.

Tendremos que proteger especialmente a nuestros comercios, uno de los sectores más castigados en esta crisis. Hay tantas familias que viven del comercio, que es necesario ayudarlas a dar el tránsito hacia la nueva economía digital, adaptando sus negocios a las nuevas tecnologías y manteniendo viva su presencia física en los barrios. Nuestros barrios y ciudades no serían lo mismo sin ellas.

Como tampoco serían lo mismo restaurantes, bares, hoteles? un sector que en otras ocasiones ha sido el motor de la recuperación económica en nuestra Comunitat y ahora necesita todo nuestro apoyo para que pueda recuperar cuanto antes al turismo local y nacional y empezar a abrirse al exterior.

Tenemos un potente sector logístico, de transporte y tecnológico que ha demostrado su eficacia en esta situación permitiendo que sigan funcionando las cadenas de suministro a través una amplia red de infraestructuras físicas y tecnológicas.

Sin duda, la crisis ha puesto de manifiesto que tenemos activos tan importantes como nuestros excelentes profesionales sanitarios: médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, limpiadoras, que están dando lo mejor de sí mismos y demuestran que lo importante es la eficiencia, ya sea en un modelo público o privado.

Tenemos que empezar a pensar ya en la reconstrucción económica. Esta situación nos permite anticipar la importancia que tendrá en un futuro el teletrabajo, que ha venido para quedarse; tendremos que diversificar importaciones y exportaciones para evitar desabastecimientos o rotura de stocks y habrá que tomar decisiones sobre la producción de aquellas industrias básicas para un país. Desde luego, que seguir invirtiendo en formación e innovación.

Estamos ante un cambio de paradigma, con variaciones que afectan al modo de trabajar, al modo en que entendemos la globalización, al modelo de convivencia y al papel que tiene que jugar la Unión Europea para que todos nos sintamos ciudadanos de un mismo territorio.

La recuperación económica requerirá de una administración ágil, digitalizada, dinámica y con capacidad de respuesta ante las demandas de la sociedad y las empresas, abierta a fórmulas de colaboración público privada y, sobre todo, que no sea un cuello de botella para las iniciativas empresariales.

El papel de nuestras pymes, autónomos, trabajadores y profesionales ha sido excepcional. Estamos ante un gran reto en el que las empresas han demostrado estar a la altura y la administración debe acompañarles.