El problema de esta especie y de otras muchas invasoras es que, prácticamente, son imposibles de erradicar, es decir, se pueden organizar campañas más bien de control, de mantener las poblaciones en un número que no sean excesivamente perjudiciales pero, prácticamente, esta batalla, esta guerra, en general, está perdida. Va a ser imposible, probablemente, erradicar no solo a las cotorras sino a otros animales que se han colado por las rendijas de nuestra civilización y ahora campan a sus anchas.

Dos son las especies: la cotorra argentina (Myiopsitta monachus) y la cotorra gris. Ha habido bastantes protestas de los ornitólogos que saben lo que son las especies en cautividad sobre la cotorra de Kramer (Psittacula krameri). Hay menos cotorras de kramer que argentinas. También hay menos loritos que se han naturalizado. Hay algunos inseparables que han sido muy comunes como mascotas que también van por ahí sueltos. Hay una bromita que a mí no me gusta nada, en absoluto, que es lo del vuelo libre: soltar los agapornis que luego vuelven a casa, menos algunos que no vuelven. Esa es una de las modas recientes.

Para controlar las poblaciones de estas cotorras se dispone de un regulador natural bastante eficaz: el halcón peregrino (Falco peregrinus), que anida en ciudades como Madrid o Barcelona. Y por la Comunitat Valenciana está el cernícalo común (Falco tinnunculus). Que por cierto, el cernícalo debe su denominación común a que cuando divisa a una presa se queda estático en el aire y cuando la tiene controlada, cae en picado cerniéndose hacia la presa. De ahí el origen de su denominación común. Más de un pájaro doméstico enjaulado y sacado a las terrazas y ventanas de nuestra ciudad ha desaparecido bajo las garras de esta pequeña ave rapaz diurna.

Y volviendo a los halcones urbanos, se han comprobado restos de cotorras. Las psitácidas, tanto los agapornis como las cotorras, vuelan como cohetes hasta el extremo de que no tienen que temerles a las urracas. Ya tiene que volar bien un halcón peregrino para poder capturar a una de estas cotorras. Por ejemplo, las urracas cuya denominación científica es Pica pica, vuelan rápido, son muy hábiles y tienen un vuelo muy directo. El halcón peregrino lo que necesita son presas que aunque vuelen rápido, vuelen recto. Las urracas son córvidos, término taxonómico que etimológicamente viene del latín y que significa corvus, cuervo; aves muy inteligentes. Por ejemplo, la urraca tiende a protegerse en los árboles y tiene un vuelo corto. Es más difícil para un halcón peregrino capturar a una urraca que no sabe por dónde va a salir, que a una cotorra que va a seguir la línea de su vuelo.

Una cotorra, argentina o de Kramer es tan inteligente como un perro y eso debería bastar para recurrir a la sensibilidad para la planificación del control de sus poblaciones. El origen de la aparición de cotorras en libertad en nuestras ciudades no se debe en su mayor parte a que algunos ejemplares se escaparan de sus jaulas o sus dueños las liberaran por ruidosas: el tráfico ilegal y las fugas o sueltas masivas en almacenes y aeropuertos fueron la causa principal de la aparición de las primeras bandadas.

Las cotorras son causa de la disminución de los gorriones en la ciudad. Falso. Es frecuente que los gorriones supervivientes a su declive en las grandes ciudades como Valencia hagan sus nidos aprovechando huecos en las grandes edificaciones nidificantes de las cotorras argentinas, que no le afecten en absoluto. La casi extinción de los gorriones en muchas ciudades europeas no está aclarada en sus orígenes, aunque convendría revisar si disponen de agua limpia en el ambiente urbano y si las fumigaciones no les privan de insectos, necesarios para su crianza en el verano. Los gorriones tienen dos regímenes alimenticios: durante el verano se alimentan de insectos, y en el invierno de semillas. Pero las fumigaciones les está afectando muchísimo. Por este motivo están en regresión.

La tórtola común europea también es una especie en declive. Streptopelia turtur, nuestra tórtola. Porque en las ciudades lo que se ve son tórtolas turcas, Streptopelia decaocto. Esas tórtolas con una raya negra en el cuello de color canela. Son muy bonitas. Pasa como con las cotorras, no es una especie nuestra. La tórtola común europea sí es una especie nuestra .compartida, porque es una especie estival que pasa el invierno en África y migra. Se ha pensado siempre que el declive de esta tórtola era la caza que había provocado este descenso. Pero parece ser que han influido mucho los cambios en el hábitat, sobre todo en las zonas agrícolas rurales donde estas aves se alimentan de los cultivos. Tanto el agua como el alimento están impredeciblemente lejos.