Anda la gente revolucionada y no es para menos ante la más que posible obligatoriedad en el futuro de salir a la calle con mascarilla. Eso «cuando nos suelten», ha explicado una vecina a otra desde la ventana en el patio de luces. Hace una semana era posible comprarlas en muchas farmacias. Una vez asentado el estado de alarma y asumido por la población que no habría problemas de abastecimiento de comida, bebida u otros productos, la gente se relajó. Solo así fue posible ver de nuevo papel higiénico en los supermercados, además de mascarillas, guantes y geles desinfectantes en farmacias y parafarmacias. Hasta ahora. El fin de semana alguien deslizó la posibilidad de que sean indispensables para salir de casa y la lió parda. Han vuelto las listas de espera. Basta sacar el tema en una conversación en el patio para conocer cómo está el mercado. A 15 euros, «de las que duran mucho tiempo», las vendieron hasta hace poco en el barrio, aunque a muchos se las consiguió un familiar (bendito pariente) que ya las usaba en el trabajo. Por ese precio, en Amazon te haces con un paquete de 50 de usar y tirar. Gastar el dinero en las desechables no merece la pena: con tela de algodón y gomas, además de un poco de maña con la aguja, se fabrican en casa (se pueden elegir el color y el estampado) y sirven para salir del paso. Pero ahora hay que apuntarse otra vez para comprarlas, al igual que los guantes. Dicen que te llamarán en unos días, cuando lleguen. A veces las confiscan a saber dónde, así que no es seguro que puedan tenerlas para después de Semana Santa. ¿Y el precio? Esa es otra, igual se dispara, pero hay que ser lógico: si van a ser obligatorias, no pueden cobrarlas, o al menos, no caras. Lo que está a precio de oro es el gel desinfectante: 33 euros un litro. Aun así, vuela de los mostradores. Igual que pasó con el papel higiénico, aunque este era más barato. De pesadilla.