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Javier Cuervo

Artículos de broma

Javier Cuervo

El verano es psicológico

Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, imagina un veraneo con distancia personal en las playas. Es una imaginación positiva. Con la suspensión de la actividad no esencial, los cierres de negocios, los Ertes y demás, es más fácil augurar la declaración del estado de ruina familiar y el confinamiento en la primera residencia.

La ministra desatiende que, como a los destinos de tren, al verano se llega estación a estación. Habrá quienes no se harán a la idea de dar por perdida una primavera, como les pasa a las tiendas de ropa. El verano meteorológico entra el 1 de junio, pero el verano psicológico llega paulatinamente y se precipita con el prurito de polo (el picor de niki, vaya). Por efecto del aplanamiento del tiempo, tras una sucesión de días igualmente anormales, a saber en qué cae este año el inicio del verano. Hay un verano dietético que debería rondar las cabezas tras la última torrija, pero la "operación bikini" ha sido abortada y sustituida por las maniobras de repostería en cautividad. No se atisba arena sino harina.

La ministra sólo piensa en el sector turístico. Cede los hoteles en los que hasta ahora madrugaban ingleses y alemanes en pro del turismo nacional al rescate de la industria española e imagina la playa de la distancia personal, sin sol vuelta y vuelta a falta de "cari" que extienda la crema por la espalda, donde los bebés aprenderán por sí solos los molestos inconvenientes de llevar la arena a la boca y, grano por grano, las paellas para seis serán en mesas de dos, contiguas a ser posible. Hay un verano Maroto, pandémico, en desescalada, con tres temperaturas -la ambiental, la del agua y la corporal- cola en el paseo, sombrilla individual, desinfección de hamacas y chiringuitos medio vacíos para verlos medio llenos.

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