E n 1990 Nelson Mandela salió de la prisión en la que había estado confinado durante 26 años. Pasó mucho tiempo sin poder ver a sus seres queridos, sin poder caminar libremente, sin abrazar a su familia y sin vivir en libertad. En su caso, el confinamiento fue obligado; el nuestro, el de la situación actual generada por la expansión del CoVid-19 es «libre» en cierta medida, porque nace de la responsabilidad que implica que en ocasiones el alejamiento es el menor daño posible y nosotros podemos contribuir a solucionar el problema quedándonos en casa.

John Carlin escribió sobre la vuelta a la libertad de Mandela en una novela que en español, se llamó «El factor humano», aunque su título original en inglés era «Playing the enemy», lo cual, en los tiempos en los que luchamos entre todos con un enemigo invisible, es muy significativo.

La historia que nos cuenta es la de alguien que vuelve de un encierro, del uso que hace de su libertad, de lo que es capaz de construir después de estar en prisión. Mandela decidió ser dueño de su destino y mantuvo una voluntad indestructible por la colaboración, por la unión, por buscar el factor humano, y fue capaz de encontrar aquello que unía a las personas.

Después del encierro que estamos padeciendo tenemos muchas preguntas. Las respuestas las tenemos que construir entre todos. Pero también debemos reflexionar sobre aquello que nos está ayudando a salir de esta gran crisis. Es la ciencia, la investigación, la innovación€ pero sobre todo la colaboración entre las personas. Es la capacidad del ser humano de buscar soluciones a grandes problemas. Y es el factor humano, el deseo de cuidar de los otros, de atenderlos, de ayudarnos y de superar esta situación.

En el siglo XXI que apenas empieza ya intuíamos que la sociedad del conocimiento, que la investigación y la innovación iban a ser fundamentales y que era inevitable que ese camino se emprendiera con decisión. Lo que ha ocurrido reafirma lo que ya sabíamos y, además, nos aclara que ahora sí, ahora no hay opción, y que, además, no es una cuestión que tenga que ver con un partido u otro, con una posición política o una determinada ideología. Es el factor humano.

Toda la capacidad de crear en términos de innovación y de investigación tiene que estar dirigida hacia este factor. Tenemos que ser capaces de poner la investigación, la innovación y la tecnología al servicio de la salud y de utilizar las herramientas de las que disponemos en la actualidad para ayudar a resolver esta emergencia sanitaria.

Es el momento de estar de acuerdo en que la inversión en investigación y en innovación y que su transferencia al tejido productivo son urgentes. Que la extensión de la digitalización en empresas y administración es una necesidad acuciante y que tenemos que reducir la brecha digital para que toda la ciudadanía tenga acceso a la red y tenga el conocimiento y las herramientas necesarias para poder interactuar en ella.

Si algo nos ha enseñado la situación actual es que la unión de todos nos ha permitido hacer frente a un contagio masivo y a las consecuencias que la enfermedad ha generado. Por eso tenemos que estar unidos también en el cambio que el mundo ahora nos demanda.

Esta inversión, esta apuesta por la transformación es una de las lecciones que podemos aprender de toda esta crisis. La respuesta está, en la ciencia y la tecnología. Y, sobre todo, en el factor humano.

Después de nuestro confinamiento, como Mandela, podemos promover un acuerdo social por la innovación. Un acuerdo basado en la inversión prioritaria en investigación, en la atención médica y en los cuidados, en la transformación del tejido productivo, en la aplicación de la innovación a las empresas de sectores tradicionales con tecnologías avanzadas y soluciones innovadoras.

Tenemos personal investigador de primer nivel y universidades capaces de lo imposible para formar, investigar y crear las soluciones que la sociedad necesita. Tenemos un ecosistema innovador que crece. Tenemos empresas capaces de hacer frente a estos cambios. Y, sobre todo, tenemos una sociedad que ha sabido quedarse en casa, colaborar y estar a la altura de las circunstancias.

Ahora, solo necesitamos ponernos de acuerdo. Y apostar por la ciencia y la innovación. Apostar por el factor humano.