Desde la plaga de Atenas en el año 430 a. C, hasta el Covid-19 en el siglo XXI, más de 20 pandemias han puesto en riesgo la supervivencia humana. Cuatro de las más mortíferas han sido la peste negra, la viruela, la gripe española y el vih/sida.

La Peste Negra (Edad Media) se cobró más de 200 millones de personas. La Viruela superó los 300 millones de personas fallecidas, erradicándose a finales de 1970. La Gripe se llevó a casi 50 millones de personas durante el fin de la I Guerra Mundial y el VIH entre 25 y 35 millones de personas.

En el siglo XXI, el SARS en el sudeste asiático, el ébola en África, el MERS en Medio Oriente y la gripa AH1N1 en todo el mundo, han sido epidemias y pandemias que han puesto en jaque a la comunidad científica internacional.

La más reciente pandemia en la historia, por la que estamos atravesando, es el nuevo coronavirus Covid-19 que se originó en la ciudad china de Wuhan y que actualmente está presente en los cinco continentes. Los laboratorios del mundo trabajan a contrarreloj para entender su funcionamiento, dar luces sobre su impacto en los humanos y encontrar una vacuna que apacigüe su acelerada y preocupante propagación.

Estos fenómenos se producen cada vez en espacios de tiempo más reducidos y según se apunta, los últimos van relacionados con el sistema económico neo-liberal con la explotación de los recursos del planeta sobre todo de los bosques y afectando de forma dramática a las personas más vulnerables, ancianos y personas con patologías previas.

España no estaba preparada para enfrentarse a esta situación. Según la fundación ciudadana CIVIO al principio de la crisis sanitaria solo 7 personas eran las encargadas de analizar las muestras de coronavirus y los medios en la ciencia española eran escasos Las inversiones en I+D se han ido reduciendo en los últimos años. Como se ve en el gráfico siguiente, la inversión en este apartado se reduce de forma importante tanto a nivel empresarial como por parte de la Administración Pública entre los años 2010 y2017,al rededor de 500 millones de euros (INE)

Respecto al gasto sanitario la disminución de inversión ha llevado una situación paralela.

Desde 2009, el gasto sanitario público disminuyó un 1,8 por ciento, lo que traduce todavía el efecto de las medidas extraordinarias para la reducción del déficit público adoptadas a partir de mayo de 2010. De hecho, entre los mayores descensos del gasto sanitario público, cabe destacar el de los productos farmacéuticos y otros productos médicos perecederos, que, desde el año 2009, cayó un 16,3 por ciento (Jesus Arroyo 2019).

Al tiempo, además se transfieren recursos económicos hacia la sanidad privada en forma de conciertos. Según las estadísticas del Ministerio de Sanidad Consumo y Bienestar Social en su edición de 2019,el incremento en estos conciertos ha pasado de algo más de 7100 millones de euros en 2013 a sobrepasar los 7600 millones en 2017, año en el que las CCAA soportan el 92,7% del gasto sanitario.

Si tomamos como referencia el gasto en referencia al PIB,se mueve entre el 9,1% en Extremadura al 3,7% en Madrid en el 2017, con 1585 euros /hab en la primera y 1254 euros/hab en la segunda por debajo de la media española que estaba en 1370 euros/hab.

El sistema sanitario español tal y como lo conocemos en estos momentos tiene su punto de partida en el año 2002, momento en el que se culminaron las transferencias en materia de sanidad a las comunidades autónomas. Paralelamente al traspaso de competencias realizado desde el gobierno central a las comunidades autónomas también se inicia un proceso de privatización del sistema. Este trasvase continuado de la actividad sanitaria desde el sector público al privado, es uno de los principales cambios que ha experimentado en los últimos años, junto a la puesta en marcha de la especialización por servicios.

El sector privado dedicado a prestar y ofrecer servicios de salud en España no ha dejado de crecer desde 2014. existen en España unas 147.780 empresas sanitarias, una cantidad que es un 3,46 por ciento superior a la registrada en 2016. Las regiones que concentran la mayor cantidad de entes privados dedicados a la salud son Cataluña (30.969), Madrid (27.447) y Andalucía (22.770) (Infoempleo).

Por lo que respecta al cuidado de los mayores la inversión en los centros de la tercera edad «es un negocio cada vez más solicitado por constructoras y propietarios de terrenos o edificios sin explotar debido a su alta rentabilidad. Se trata de un negocio recurrente con ingresos fijos y periódicos que ofrece márgenes de beneficios de hasta un 6% y con una muy baja tasa de morosidad respecto a otras inversiones», recuerda el director general de Angomed. Se presenta como un sector estable que se va a mantener en el tiempo con un potencial desarrollo de expansión en todo el país.

En España hay un total de 379.800 camas en el sector geriátrico de las cuales 284.200 pertenecen a entidades privadas (el 65% privado puro y el 35% en régimen concertado) y 95.540 son plazas públicas.Según el director general de Angomed, «para el inversor la localización es lo de menos, se busca la alta rentabilidad» (Belén Rodrigo,2019).

Por todo ello, cabe plantearse un nuevo paradigma en los servicios públicos necesarios para salud y el bienestar de las personas.Esperemos que no haya más pandemias de este tipo porque como el sistema público no dé un giro de 180º las consecuencias no van a ser mucho mejores.