Después de este periodo de hibernación toca la incorporación a nuestro día a día laboral o utilizando un término más usado «la desescalada» que será vital para poner en marcha el motor económico de muchos sectores que hasta la fecha del estado de alarma gozaban de muy buena salud.

Evidentemente esto no va a ser un paso de 0 a 100, y sin entrar en análisis de si la curva de la recuperación va a ser en V, en U o en L , lo que sí que coinciden los analistas es en que no veremos signos de mejoría hasta bien entrado el primer semestre de 2021. Ahora toca resistir (como dice la canción) y no perder de vista que si todavía tenemos en nuestra memoria aquella crisis de 2008, ésta también se vaticina dura pero más corta, debido a que no veníamos de la misma coyuntura. Para empezar se han puesto en circulación por parte del Estado mecanismos de financiación para dotar de liquidez a las empresas y así evitar el bloqueo económico; el aplazamiento de tributos a las pymes o las ayudas a autónomos, para intentar paliar una bajada de facturación debido a una caída de ventas.

Valorar o no si las medidas son suficientes cuando estamos recuperándonos de la noticia esta semana de la cancelación de «la convocatoria de 27 de diciembre de 2019 por la que se efectuaba la convocatoria anticipada para el ejercicio 2020, de las ayudas para mejorar la competitividad y sostenibilidad de las pymes industriales, dentro de la tercera fase de implantación del Plan Estratégico de la Industria Valenciana».

evidentemente por causas sobrevenidas, es pronto todavía y más cuando lo que prima ahora es la salud de las personas. Habrá tiempo en breve para ver en qué medida se debe ayudar al tejido productivo de la Comunitat, para que muchas de las pymes y micropymes (que representan más del 80% del PIB) que habían comenzado sus inversiones por el buen comienzo del año no se vean ahora abocadas a una falta grave de tesorería y puedan tirar del carro para dinamizar el empleo. Ahora lo importante es volver al día a día. Qué nos deparará el mercado a corto plazo es una incógnita que nadie puede vislumbrar con rotundidad porque no hay precedentes, pese a que no todos los sectores vuelven a su actividad ahora y la duración del estado de alarma hace que la población esté confinada por lo que su duración hará un comienzo más lento. Pero siendo realistas, sea lo que sea, tanto en lo económico como en el estado de ánimo de las empresas, será mejor al comenzar la actividad.