Madrid, jueves 11 de marzo de 2004, atentado terrorista más grave de la historia de España. Número total de fallecidos: 202 personas. Con nombres y apellidos. Luto y terror nacional.

Desde entonces han pasado 16 años. 16 años en los que España ha normalizado lo anormal. Están muriendo en nuestros días una media de 400 personas al día a causa del coronavirus y, desgraciadamente, lo hemos normalizado. Son personas, con nombres y apellidos, con familias rotas de dolor que han tenido que dejar a sus seres queridos morir en soledad, ser velados en soledad, ser enterrados en soledad. Y hemos normalizado lo anormal.

Aquel 11 de marzo, salimos a la calle, pedíamos justicia. Por aquel entonces, los actuales gobernantes, rodeaban sedes del partido en el poder, ahora no tienen vergüenza ni de decretar un luto nacional. Hemos normalizado que las televisiones defiendan una nefasta gestión. Hemos normalizado que los periodistas insulten y amedranten a la oposición. Hemos normalizado que un tío que quiere acabar con nuestro sistema, nos esté imponiendo el suyo. Hemos normalizado que las ayudas no lleguen. Hemos normalizado lo anormal.

En un país con más de 23.000 muertos, no es una buena noticia que bajemos de los 300 muertos diarios. ¡Es una catástrofe!

En un país en el que millones de empleos dependen del sector terciario, no es una buena noticia que existan los ERTE. ¡Es una catástrofe!

En un país en el que nuestros mayores están muriendo en soledad, no es una buena noticia que los niños vayan a poder salir a la calle sólo con un adulto. ¡Es una catástrofe!

Señores gobernantes, de todos los niveles, hagan test masivos. Dejen opinar a aquellos que aporten ideas de las que ustedes no tienen. Digan cuándo y cómo saldremos de casa y podrán abrir los comercios cerrados por esta situación. Dejen que la gente hable. Nadie es perfecto y todos debemos estar para recibir críticas. Y si no saben gestionarlo o se les ha desbordado: dimitan.

No podemos normalizar lo anormal.