L a infección por coronavirus (un trozo de ADN) seguro supondrá un antes y un después para la sociedad española y para el mundo entero.

Saldremos adelante, absolutamente y sin duda, pero nos encontraremos con una crisis sanitaria, económica, humanitaria y, probablemente, también política. La pandemia desembocará en una «pancrisis» y necesitaremos realizar un gran esfuerzo para convertir esa crisis en una oportunidad de mejora. Cambiar para mejorar, quiero ser optimista a pesar de lo que dice el refrán: «el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra». Quiero pensar que no olvidaremos.

En el momento actual nos encontramos un mundo paralizado por la pandemia, son pocos los sectores que no han podido paralizarse, y uno de ellos es el sanitario. Los médicos han tenido que, como dice esa canción que no hemos dejado de oír en radios, televisiones y balcones «resistir erguidos frente a todo», seguir en sus puestos de trabajo para frenar el coronavirus pese a las circunstancias. Sin material de protección, sin protocolos claros que además han sido cambiantes según existencias€, sin que se les realicen los test para saber si estaban o no infectados y podían ser un foco de contagio para los pacientes o sus familiares€

Esta crisis nos ha enseñado la importancia del factor humano. Sabíamos que teníamos unos grandes profesionales sanitarios, lo han demostrado una vez más con su trabajo en esta situación extrema. Sin embargo, hay algo que ha quedado en evidencia, nos hemos dado cuenta de que no estábamos preparados para afrontar una situación como esta.

La «Salud no tiene precio», pero la Medicina sí presenta unos gastos que han sufrido recortes muy importantes en los últimos años. Nuestro sistema sanitario no era tan bueno y nuestro estado de bienestar, un espejismo que se ha diluido ante una gestión lenta y tardía.

Gestionar implica antes que nada planificar, para posteriormente organizar, dirigir y controlar, y esto ha fallado, así como la previsión, el estar preparados para ir por delante de este virus y no por detrás. Se ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de nuestro sistema sanitario y la grandeza de nuestros profesionales de la sanidad.

No es la primera vez que España se enfrenta a una pandemia. El COVID-19 es una de tantas que hemos afrontado a lo largo de la historia. La última hace aproximadamente 120 años con la mal llamada gripe española que nos alcanzó en plena revolución industrial. La pandemia actual nos ha alcanzado en plena revolución tecnológica y es el precio y la consecuencia de la globalización del mundo actual.

Vivimos en un mundo VUCA (Volatile, Uncertain, Complex, Ambiguous) y debemos aprender a sobrevivir en él.

España es un país dedicado, principalmente, a los servicios y estas situaciones nos enseñan la necesidad de desarrollar nuestra tecnología para poder abastecernos, de no ser así siempre dependeremos de terceros. Debemos invertir en investigación y sanidad. Tenemos que ser capaces de poner la investigación, la innovación y la tecnología al servicio de la salud. De esta forma, en futuras emergencias sanitarias no llegaremos tarde como lo hemos hecho ahora. Sin duda, esta crisis sanitaria ha reflejado las debilidades de nuestro sistema y espero que seamos capaces de aprender de ellas para hacernos más fuertes.

Quiero creer que el coronavirus marcará el presente y el futuro del sector sanitario. Los médicos agradecemos el aplauso que todos los días se celebra a las 20:00 en los balcones de toda España. Sin embargo, me gustaría que, una vez esto pase, no se olvide la labor de los sanitarios y se les valore tanto como ahora y esta valoración pasa, sin duda, por realizar determinadas mejoras dentro de las condiciones de trabajo. No puede ser que solo se cuide y se valore a los profesionales de la salud en situaciones de emergencia.

Los médicos siempre vamos a estar ahí, ya sea por nuestro código deontológico, por el juramente hipocrático o por nuestros propios valores, siempre vamos a tratar de ayudar y hacer todo lo que esté en nuestras manos. Por eso, espero que hayamos aprendido, que nos llevemos una lección de esta terrible situación y que por fin nuestros políticos inviertan de verdad en investigación, tecnología, telemedicina, y lleguen a un gran pacto político por la sanidad por encima de ideologías, sumando fuerzas y creando un liderazgo internacional.

Espero que aprendamos a estar preparados, y a no infravalorar las amenazas, a ser conscientes de que podemos ser vulnerables, pues cuando creamos que sabemos las respuestas la vida nos cambiará las preguntas.

Y, sin duda, después del coronavirus me gustaría decir GRACIAS a toda la sociedad solidaria y GRACIAS a los compañeros médicos y personal sanitario. La profesión médica no va a olvidar a los que lo han dado todo, incluso su vida.