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Es hora de la reapertura

El pasado domingo uno de mis economistas de referencia, Antón Costas, defendía la reapertura económica porque la no reactivación de la actividad puede tener más coste que beneficio para la sociedad. No puedo estar más de acuerdo.

Es el momento del desconfinamiento no solo de las personas, es la hora del desconfinamiento de la actividad. Esta crisis sanitaria ha puesto de manifiesto muchas desigualdades y ha hecho más grandes las brechas que ya existían, en un país dónde los índices de pobreza e inequidad social eran más altos de los deseables. Todas las medidas que se tomen para esta desescalada tienen que ir orientadas a reconstruir el deterioro social y económico.

En el ámbito laboral debe suspenderse el registro laboral para el teletrabajo y los autónomos podrían tener la opción de cotizar a la Seguridad Social en función de su facturación real. Tendría que ser suficiente una reducción de ingresos del 50% para poder recibir la prestación por cese de actividad. En el ámbito tributario, y en relación al Impuesto sobre Sociedades, deberían crearse deducciones nuevas, entre ellas las relacionadas tanto como la implantación del teletrabajo como con las necesarias medidas para el distanciamiento laboral. Creo oportuno incentivar a las empresas que hayan mantenido su plantilla durante el período de alarma. Estas deducciones e incentivos deberían de ser extendidas para las actividades en estimación directa del IRPF.

Una de las iniciativas vitales, y que es aplicable a todas las administraciones, es la de establecer un procedimiento de urgencia con la finalidad de que todas las deudas públicas del Estado (desde ayuntamientos, CC AA, Estado y empresas públicas) se paguen de forma inmediata a pymes y autónomos. Procede también un recorte burocrático en materia de subvenciones. Es necesaria una urgente adaptación de la legislación para aplicar la denominada segunda oportunidad para las pymes y autónomos cuyas deudas provengan en mayor parte del crédito público. Además tiene que implantarse, con la correspondiente asignación económica, un turno de oficio para las mediaciones concursales.

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