Hay una arista de la crisis del Covid 19, ese gran iceberg que nos está golpeando tan duramente, a la que quiero prestar atención. Me refiero a la crisis en el ámbito educativo que se está produciendo y que se va a seguir alargando en el tiempo. Es cierto que hemos priorizado, obviamente, la crisis sanitaria y la crisis de ámbito económico. Sin embargo, en el ámbito social, no hay que olvidar a ese gran número de universitarios que van o están siendo perjudicados por esta crisis del Covid.

Hay que mirar hacia el futuro. Hay que ofrecer certezas y seguridad a la sociedad, y en este caso, a nuestros estudiantes. Hay que pensar que nos interesa tener buenos profesionales en el futuro y por eso es necesario seguir capacitando a los que ahora están en la Universidad. Nuestros estudiantes de hoy son los profesionales del mañana, por eso es necesario responder de manera adecuada a sus necesidades e inquietudes en las diferentes ramas como en economía, derecho, farmacia, medicina y magisterio, y carreras técnicas entre otras muchas más.

Hay que tener presente que la grave crisis económica generada por el Covid y el descenso notable en los ingresos de muchas familias van a generar dificultades para poder continuar cursando los estudios universitarios. El Ministerio de Universidades debe ser consciente de la necesidad de reajustar el sistema de becas en España, teniendo en cuenta la situación excepcional en que nos encontramos y para seguir facilitando que los estudiantes puedan realizar sus estudios universitarios. Para ello es necesario y conveniente que el Ministerio haga una rebaja en cuanto al cumplimiento de los requisitos para poder obtener una beca. Son muchas las familias que van a tener una reducción considerable de ingresos en los próximos meses y esta situación va a comprometer que sus hijos e hijas puedan continuar con la carrera universitaria que han empezado o que tengan intención de empezar. También es necesario replantearnos el coste de las matrículas de inicio de curso así como el coste de segunda matrícula por suspenso, atendiendo a la situación de estrés y ansiedad que pueden estar pasando muchos universitarios derivado del confinamiento, contagios en familias, fallecimientos de personas de su entorno, o simplemente causado por no poder estudiar en plenas condiciones de aislamiento o tranquilidad. Hemos de ser conscientes que muchos alumnos estudiaban en bibliotecas por no tener condiciones en sus domicilios, o que los recursos tecnológicos son compartidos por otros miembros de la familia, lo cual puede suponer una disminución en su preparación y rendimiento a la hora de su evaluación.

Otra cuestión que es necesario que se resuelva de forma inmediata por parte del Ministerio del Interior y la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana es la relacionada con la movilidad de estudiantes para poder ir a sus pisos o residencias universitarias y recoger material, apuntes, libros, manuales y recursos electrónicos que tienen allí y que son necesarios para preparar los exámenes en la recta final del curso. A esta circunstancia hay que sumar el agravante de que a pesar del estado de alarma y no hacer uso de los servicios de las residencias, se les exige el pago de las mensualidades hasta fin de curso. En este sentido, se les indica por algunas residencias que no van a poder acceder a las mismas a retirar los materiales que necesitan para el desarrollo normal del curso y la preparación de los exámenes, si no proceden a pagar las cantidades que deben, aunque no estén usando las instalaciones.

A esto hay que sumar las inquietudes en relación con el uso de las plataformas virtuales para el seguimiento de las clases, la evaluación continua y los exámenes finales, también, cómo y cuándo se desarrollará la actividad docente 2020-2021, posibilidad de becas Erasmus, la realización de prácticas presenciales en las carreras en las que sean indispensables, o la del necesario «practicum».

Otro frente que está abierto es el relacionado con las pruebas de acceso a la Universidad. El ausente Ministro de Universidades sigue sin ofrecer certidumbre con estas pruebas. Su obligación como Ministro es ofrecer seguridad a los miles de estudiantes que están preparando las pruebas de acceso y que no saben cómo se van a desarrollar y sobre todo, sin saber si existirán garantías en relación con la protección de su salud.

Me consta que la Rectora de la Universidad de València (Estudi General) y el Rector de la Politécnica, están preocupados por estas cuestiones y que consideran prioritaria una enseñanza de calidad. La sociedad debe exigir a la Generalitat Valenciana y al Ministerio de Universidades que no estén ausentes y no eludan su responsabilidad, porque son miles los universitarios que no pueden tener un desconocimiento absoluto de cuestiones tan fundamentales y verse sometidos a una preocupación añadida a la derivada de la situación de confinamiento.

Como decía Nelson Mandela: «Cuando el aprendizaje y la enseñanza mejoran continuamente,

todo mejora».