Y llegó el coronavirus. El COVID19. Con toda probabilidad se van a producir cambios revolucionarios en muchos campos, como bien intuimos. La movilidad va a ser uno de ellos. Llevamos muchos años los colectivos ciclistas reclamando a la administración otro tipo de movilidad urbana y metropolitana, basada sobre todo en la bicicleta como medio de transporte. Hace unos años se nos hizo meridiano caso, con lo cual la Conselleria d'Infraestructures i Transports redactó en 2018 un estudio de planeamiento hoy vigente: la Red de Itinerarios No Motorizados de la Comunidad Valenciana, con carriles-bici segregados físicamente del tránsito a motor. El objetivo final es conseguir una red para bicicletas que permita desplazarse de manera segura, y por motivos laborales o de ocio, entre núcleos urbanos vecinos; además de conectar los espacios urbanos con polígonos y centros comerciales, estaciones de metro y de Renfe...

Actualmente esta red autonómica de carriles-bici cuenta con un total de 1.017 km. Estos carriles han sido, desde hace tiempo, fuertemente criticados a través de diferentes movimientos de usuarios de la bici, por ser carriles inconexos y no formar parte de una red meridianamente razonable. La Conselleria contempla ampliar este número de carriles-bici con otros 2.343 km, alcanzando así una red de 3.360 km. Con ello la sociedad valenciana cuenta con un marco legal que contextualiza cualquier carril-bici de nueva construcción, el cual pasa a ser parte de la red autonómica, sea cual sea la administración que lo ejecute.

Pero pasaba el tiempo y la ejecución de esta red autonómica de carriles bicis se ralentizaba hasta la desesperación. Técnicos y presupuestos continúan primando la movilidad del coche privado. En ello estábamos, cuando de repente llegó el COVID19. De ahí que hace unos días, el conseller Arcadi España anunciara un plan de promoción de la bici. Promete nuevos itinerarios con carriles bici que permitan a la ciudadanía desplazarse hasta los polígonos industriales y entre diferentes núcleos urbanos. Gran parte del plan ya lo tienen redactado sus técnicos con la red autonómica anteriormente citada. Solo hay que darle un nuevo impulso, al que parece nos obliga la actual crisis sanitaria. Y por supuesto, el cambio climático.

Y en este contexto me permito sugerir al conseller España, un listado urgente de nuevos carriles-bici entre ciudades y pueblos. Ello ayudaría, y mucho, a que a muchos ciudadanos les resulte fácil prescindir de su vehículo a motor, para el desplazamiento diario por motivos laborales, en las horas del día que congestionan las carreteras. Pero antes quiero comentar que los cerca de 30 millones de euros dedicados a la ampliación de la V-21 al norte de ciudad de Valencia, podrían haber sido destinados a la ejecución de una red ciclista de los pueblos de l'Horta Nord. Aquí ya hemos llegado tarde. Pero sí que podemos conseguir que el Ministerio de Fomento dedique la inversión prevista en la ampliación de la Pista de Silla, para ejecutar una red de carriles bici de la comarca de l'Horta Sud. Aquí el carril-bici estrella podría ser una especie de autopista para bicicletas que, desde el nuevo hospital de la Fe, cruzara el nuevo cauce del rio Turia y llegara hasta Silla, a través de todos los polígonos de la comarca. También llegamos a tiempo con el nuevo acceso que se pide a Carcaixent desde la autovía. Los 17 millones de euros de su coste de ejecución, podrían destinarse a la puesta en marcha de la red de carriles-bici de la comarca de la Ribera Alta.

A continuación se debería conectar por fin, después de muchos años de espera, la ciudad de Sagunt con las Vías Verdes de Ojos Negros y Xurra. Tendríamos así un eje de transporte maravilloso alrededor de Sagunto, y los pueblos de la comarca del Camp de Morvedre y de l'Horta Nord.

Y, por favor, un carril-bici nuevo debería dar continuidad al que finaliza en El Saler desde la ciudad de Valencia. De esta manera se podría acceder a El Palmar y Cullera, teniendo así una conexión no motorizada a lo largo de todo el Parque Natural de L'Albufera.

En las comarcas de interior, clama al cielo la conexión de las tres ciudades de Muro, Cocentaina y Alcoi mediante la Vía Verde del Serpis; desde Muro a Gandía; y des de Alcoi a Ibi y Castalla.

Y un carril-bici que diera continuidad al existente entre Valencia y Burjassot, el cual debería llegar hasta Lliria a través de todos los pueblos de la comarca del Camp de Turia.

Y acelerar el carril bici litoral entre Vinaròs y Pilar de la Horadada a lo largo de todo el litoral valenciano, el cual permitirá conectar Alicante con el resto de pueblos costeros y Elx.

Hay más, pero con estos ejemplos que cito a modo de ejemplo, se daría un paso importante en la movilidad interurbana. Las distancias a cubrir con la bici como medio de transporte- ahora con la bici eléctrica- pueden ser hasta de 25 km por motivos laborales. Así que adelante, conseller España. Tiene detrás a todos los colectivos de usuarios de la bici y, como ejemplo a seguir, a todas las áreas metropolitanas de Europa que, con esta crisis sanitaria, están apostando principalmente por la bici como medio de transporte.

Hay que actuar rápido y de manera contundente, ya que las recomendaciones en lo concerniente a la movilidad privada para evitar contagios deberían llevar al uso masivo de la bici. Si, por el contrario, ello implica un aumento del uso del coche privado, estamos condenados. Que las ramas del coronavirus, por lo que tiene que ver con la movilidad privada, no nos hagan perder de vista el doloroso bosque del cambio climático. Que nadie lo olvide.

Si conseguimos este cambio de movilidad, en nuestras ciudades y pueblos podrán jugar por las calles los niños y los enamorados podrán mirarse a los ojos y besarse tiernamente en cualquier momento sin los humos y ruidos actuales. De los balcones colgarán plantas trepadoras, y en los portales se escuchará la música de los estudiantes del conservatorio ensayando. Las ciudades y los pueblos serán de nuevo un ecosistema vivo, luminoso, con una atmósfera limpia que nos regenerará cuerpo y alma. Con ello, las futuras pandemias lo tendrán más complicado. Ánimo, señor conseller. Y gracias por su atención.