Bélgica no está saliendo nada bien parada de la crisis del covid-19. El país europeo está acaparando titulares por su elevada tasa de mortalidad. Su relación de fallecidos por cada 100.000 habitantes le sitúa en peor posición que los países de los que más se está hablando: Estados Unidos, Italia o España. Y su sistema sanitario ha sufrido un grave colapso. ¿Qué escenario dibujan realmente los datos del país belga? Una vez aplicado el modelo matemático de los investigadores Juan Luis Fernández y Zulima Fernández-Muñiz, se aprecia que Bélgica ha tenido que afrontar una dura meseta antes de descender su curva. A los belgas les costó mucho iniciar su recuperación tras sufrir un duro golpe. Tuvo el pico de infectados diarios en torno al 10 de abril, alcanzando los 1.700. La cifra fue subiendo y bajando, pero sin terminar de tomar una trayectoria descendente clara. Así, entre finales de marzo y mediados de abril se formó una meseta de la que, ahora sí, Bélgica ya está desescalando. En la actualidad, se sitúa en torno a 400 nuevos casos diarios. Juan Luis Fernández intuye que, si se cumplen las previsiones, al país centroeuropeo le quedan aún "unos quince días o dos semanas" para controlar la situación pandémica. Sus casos registrados (50.267 ayer) se situarán en torno a los 55.000-60.000, alcanzando un máximo de 70.000 en el peor de los escenarios posibles. Otro dato preocupante en Bélgica es la tasa de infección, que sugiere una fuerte virulencia del covid-19 entre su población: cada belga contagiado infectó, de media, a entre 8 y 10 compatriotas. En cuanto a número de fallecidos, si siguen la tendencia (ya se acercan a los 8.000) podrían alcanzar los 10.000 o incluso los 11.000. Bélgica ya tiene, por contra, más de 12.000 enfermos recuperados.