Hay quien da por finiquitado a Ciudadanos por dar su apoyo al Gobierno en la prórroga por el estado de alarma. La presidenta de C's Inés Arrimadas ha estado muy acertada en esa decisión, planteando a su vez una serie de medidas que han sido aceptadas por el Gobierno.

Creo que ese debe ser el tono y las forma de hacer política, alejadas del tono electoralista de otros partidos que buscan el rédito electoral a cualquier precio.

Ciudadanos se equivocó queriendo ser la coletilla del PP. Ese error le pasó factura en las últimas elecciones, lo que le llevó a perder 47 diputados y a la dimisión de Albert Rivera.

La formación naranja debe posicionarse en ese espacio político del centro derecha español, que está actualmente huérfano, después de la deriva qua ha tomado el PP de Casado para arrebatar votantes a Vox.

Lealtad institucional y sentido de Estado es lo mínimo que se les puede pedir a los dirigentes políticos en la situación actual, con más de 26.000 fallecidos por coronavirus y más de 220.000 contagiados.

Creo que Ciudadanos ha dado una lección de moderación, de altura democrática, dejando a un lado las diferencias que tenga con el Gobierno y pensando en el interés general del país. La situación actual lo exige. Esa debería ser la posición común de todos los partidos, pero los hay que prefieren seguir echando leña al fuego.