Parece que, en los próximos días, comenzaremos a ponernos "en marcha". Hemos, por así decirlo, hibernado durante varias semanas. Y pronto comenzaremos el merecido despertar. Mientras en la Tierra nos hemos visto obligados a detenernos de manera forzada y obligada por el bien común, el Cosmos continúa con su peculiar movimiento, demostrando de nuevo que su constante ritmo es imparable y regalándonos alguna que otra sorpresa. La primera de ellas la encontramos a una distancia de unos 25 años luz de nuestro planeta en el sistema Fomalhaut. Y, en él, se ha producido una curiosa desaparición. Hace unos 12 años se detectó allí un exoplaneta del que ahora no hay rastro alguno. Una de las teorías principales al respecto menciona la posibilidad de que fuese un gran cúmulo de polvo producido por el choque entre dos cuerpos que orbitaban alrededor de su estrella. La segunda sorpresa la encontramos más cerca, en nuestro vecino Marte. Dentro de su cañón más profundo, el Valles Marineris, se ha detectado una curiosa franja con la silueta de un dragón. Hace unos años Plutón nos mostró un enorme corazón en su superficie. Y ahora Marte se suma con esta particular imagen. Con estos curiosos descubrimientos el universo nos recuerda una vez más no solo su inmensidad, si no su complejo enigma y su caprichoso comportamiento. Y, aunque pronto comenzaremos a salir de casa, siempre podemos refugiarnos en el cielo nocturno para recordarnos que ahí fuera aún nos queda mucho por descubrir, conocer y entender.