Cuidar, hoy y siempre, es una parte fundamental de la labor de las enfermeras y del sistema sanitario en su conjunto. Un sistema que aspira a curar a las personas de sus patologías, pero también a mucho más: a proteger, a prevenir, a acompañar y a ofrecer una mayor calidad de vida, dar esperanza. Con la crisis del Covid-19, la enfermera ha se ha evidenciado como un factor de humanidad clave en el conjunto de la asistencia sanitaria, e incluso en los ámbitos más difíciles, en las UCI, donde los pacientes en situación crítica se han visto rodeados de angustia e incertidumbre, han encontrado una mano que tomase la suya. Esa labor humaniza a todo el sistema sanitario, y a la sociedad en su conjunto.

El 12 de mayo celebramos el Día Internacional de las Enfermeras, y sin duda este año cobra un significado especial, no solo porque 2020 es el Año de la Enfermera y la Matrona declarado por la Organización Mundial de la Salud, sino porque lo vivimos en medio de una crisis sanitaria que ha puesto de relevancia la importancia de contar con sistemas sanitarios fuertes, capaces de proteger, de curar y de cuidar.

En nuestro país, los enfermeros y enfermeras cuentan con esa parte humana irrenunciable, pero también es justo destacar su alta cualificación, reconocida internacionalmente, su entrega profesional, como se ha demostrado en esta pandemia, sus niveles cada vez más altos de especialización y de investigación, su vocación de prevención y de fomento de la salud en la sociedad. Esa cultura de la salud, cada vez más necesaria en los hábitos de cada uno de nosotros, en la práctica deportiva, en la alimentación, en la configuración de ciudades saludables o en el cuidado del medio ambiente, es la mejor apuesta que podemos hacer para las próximas generaciones.

Por capacidad y competencias, las enfermeras son sin duda la principal fuerza para el cambio que necesita el sistema sanitario y en ese camino de desarrollo de las capacidades de la enfermería se encuentra la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública. También es un camino que exige menos precariedad, mayor estabilidad laboral y por supuesto más oportunidades. Las enfermeras son las responsables del cuidado de las personas, de las familias y de la comunidad en su conjunto. Cuidan, educan, curan y acompañan. Y este es un valor que debemos reivindicar ahora, en uno de los momentos más difíciles que vivimos como sociedad, y siempre.