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La Dama de la Lámpara

Se cumplen dos siglos del nacimiento de una singular mujer, Florence Nigthingale, la más famosa enfermera de la historia del siglo XIX

En este año 2020, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó, a instancias de la Convención Internacional de la Protección Fitosanitaria, una Resolución, proclamando el 2020, Año Internacional de la Sanidad Vegetal; por su parte el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud, decidió declararlo, Año Internacional de la Enfermería o de las Enfermeras Matronas.

La profesión sanitaria tiene como misión el cuidado a los enfermos en el más riguroso sentido, y ella cumplió con todos los requisitos con su gran labor humanística y, lo hizo además introduciendo métodos de análisis estadísticos para mejorar el control de la salud y de la higiene.

Ella fue una gran innovadora de la Organización Sanitaria. Propuso un método que estaba basado en el control de infecciones y efectos de la dieta en la recuperación de enfermedades, para los que se basó en su experiencia. En 1854, dirigió un grupo de enfermeras para ayudar a los soldados británicos heridos durante la guerra de Crimea (1853-1856).

Las lamentables condiciones higiénicas en las que se encontraban aquellos hombres, la condujeron a establecer un régimen de limpieza y un nuevo modelo de salas hospitalarias. El resultado fue sorprendente, puesto que se redujo el número de soldados que fallecían.

F. Nightingale fue una erudita dotada de grandes capacidades, a pesar de no haber tenido estudios en medicina; no por carecer de recursos económicos (pertenecía a una familia británica acomodada), sino que, en esa época, a las mujeres no se les permitía acceder a la Universidad. Sólo estudió enfermería en una escuela en Alemania. Lo que hizo de ella una innovadora fueron sus propuestas sobre organización sanitaria, aplicando un severo régimen de limpieza para el control de las infecciones y efectos de la dieta en la recuperación de enfermedades, basado en su propia experiencia. Por esto, cuando regresó a Inglaterra, era famosa, por lo que aprovechó para abrir su propia escuela de enfermería y profundizar en aplicar los métodos estadísticos a la Medicina que influyeron, especialmente, en el desarrollo de la epidemiología.

Al cumplir los 38 años, una enfermedad contraída durante el conflicto le obligó a permanecer durante gran parte de su vida en cama, aun así, continuó durante décadas trabajando e informando a los gobiernos de varios países a cerca de cuales eran los métodos más adecuados para mejorar las políticas sanitarias. Así, continuó hasta su muerte, a los 90 años de edad, el 13 de agosto de 1910.Florence fue una mujer única, así lo demostró su incansable labor. Su gran vocación era ayudar a los demás. Por la noche, atendía a los enfermos, acompañada de un farolito turco. Se le llamó La Dama de la Lámpara.

Reflexión: desde mi prisma óptico, El bien común - La Dama de la Generosidad-. Florence Nightingale marcó un hito en la historia de la Sanidad, por su gran calidad humana y su inmensa generosidad. Debemos recordarla e imitarla con el farolito encendido en tiempos de oscuridad, para atender a la comunidad con la Lámpara de la Generosidad.

Por último, felicitar al personal sanitario por su encomiable labor en estos tiempos de oscuridad en la lucha contra la pandemia del Coronavirus. ¡Mucho ánimo! y ¡muchas gracias!

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