El actual Gobierno se encuentra cómodo con el Estado de Alarma. Amparándose en la pandemia y en sus efectos se ha vuelto adicto a la restricción de las libertades.

Lo ensayó en un primer momento el día 14 de marzo mediante el Real Decreto 463/2020 de 14 de marzo y lo ha venido prorrogando cada quince días sin otra justificación que una gestión nefasta que nos ha llevado a ser el país con mayor número de muertos en relación a la población.

Como se encuentra cómodo gobernando por decreto, clandestinamente, sin dar cuenta de sus decisiones, ocultando contrataciones y haciendo de su capa un sayo, pretende continuar "ad Kalendas graecas" con esta manera de entender la política.

De repente se encuentra con que las prórrogas obtenidas al "estado de alarma" pueden obtener respuesta negativa por su abuso manifiesto y pretende una pirueta adicional: solicitar una prórroga irregular de treinta días.

En efecto. El Art. 116 de la Constitución, en su apartado 2, fija textualmente que "el estado de alarma será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en el Congreso de Ministros por un plazo máximo de quince días, dando cuenta al Congreso de los Diputados, reunido inmediatamente al efecto y sin cuya autorización no podrá ser prorrogado dicho plazo€"

A su vez la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio (BOE de 5 de junio de 1981) abunda en su artículo Sexto, DOS que "en el Decreto se determinará el ámbito territorial, la duración y los efectos del estado de alarma, que no podrá exceder de quince días. Sólo se podrá prorrogar con autorización expresa del Congreso de los Diputados€"

Obvio que, si la duración máxima es de quince días, las prorrogas de dicha situación no podrán superar -cada una de ellas- los quince días, cosa que ha ocurrido hasta la fecha.

Pero alguna mente preclara habrá asesorado a Pedro Sánchez (evidentemente sin dar el nombre del Técnico de marras) para que en lugar de quince días la próxima prorroga sea de toda la eternidad, de un año o de un mes, según convenga al Ejecutivo.

Constitucionalista de reconocido prestigio en nuestra Comunidad como Manuel Martínez Sospedra no creo que esté muy contento con las pretensiones del Ejecutivo.

Tamaña estupidez evitaría que cada quince días tuviera que renovar el Estado de Alarma y comparecer en el Congreso como la norma fundamental y la Ley Orgánica de desarrollo establecen.

Y pese a ello, a ser una estupidez, lo quiere intentar. Estado de Alarma por un mes, en contra de la Ley.

Alarma en el Estado. ¡Ojo!