En los momentos de más inseguridad, confusión, incerteza y vacilaciones de los ciudadanos, al enfrentarse con el mayor problema del siglo, aparece el Concejal Grezzi y les cambia todas las líneas de autobuses en la ciudad para aumentar su tensión y sus problemas. Venticuatro nuevas líneas y cambios en las restantes, para que nadie sepa su bus por dónde va, dónde cogerlo y la necesidad de hacer trasbordos, lo que imposibilita prever un horario para el trabajo o cualquier cita o gestión a realizar. Eso es indiferencia social rozando la crueldad. Cosas de Grezzi.

Pero hay más. El Concejal Grecci obsequia a nuestros niños, más de mil en el Instituto Luis Vives de Valencia, a soportar una lanzadera de buses en la que se estacionarán más de cinco mil al día, de modo que le ha rodeado las fachadas y el patio de deportes durante todo el día de buses en actividad. Ruido y gasoil, una buena mezcla para cuidar a nuestros niños cuando ha quedado claro que la salud es lo primero. Naturalmente que no habrá un cáncer al día siguiente, que la naturaleza tiene sus tiempos, pero primero serán bronquitis de repetición, alergias, etc, y de pronto a los cuarenta años aparecerá un cáncer de pulmón inesperado. Ese puede ser el resultado de la incubación del sistema Grecci. Pero además está el ruido, que no es el mejor acompañante para el estudio. Se ve que el concejal no tiene hábito de estudio, porque intentar oír y concentrarse con el ruido de cinco mil buses es un milagro.

Yo espero que los agentes sociales hagan algo en defensa de los niños porque están obligados. La dirección del centro debe defenderlos. O los APAS, o la Consellería de Educación o la de Sanidad, quién sea debe oponerse a esta amenaza a la salud de ese millar de niños y rescatarlos de esa grave amenaza.

Pero es que hay más. En Granada gobierna el PP y decidieron crear una lanzadera en la calle del Rector Marín Ocete, delante del Colegio Luis Rosales, donde pararían unos quinientos buses diarios. El PSOE se escandalizó y como oposición lo recurrió y denunció al fiscal del ruido como una vulneración del entorno de uso docente y las emanaciones del gasoil como un riesgo para la salud de los estudiantes. Naturalmente la parada se ha suspendido hasta que se haga un estudio sobre el ruido y la contaminación que se produce para poder opinar con información. Ya ven ustedes cuántos PSOE hay. En Valencia apoyan este descalabro, mientras en Granada lo denuncian al fiscal. En que quedamos Dª Sandra. ¿Se entera usted de algo?