Los días mundiales son fechas señaladas que nos ayudan a volver a poner en el centro de atención un tema de interés público que, debido a su incidencia en la sociedad, conviene recordar. Hemos celebrado recientemente el Día Mundial del Melanoma, un tipo de cáncer de piel que afecta a 2.300 personas cada año en la Comunitat Valenciana, y celebramos hoy el Día Mundial Sin Tabaco, la droga más estrechamente relacionada con uno de los tumores más mortales como es el cáncer de pulmón. Nuestra autonomía suma 3.000 nuevos casos de cáncer de pulmón al año y se estima que en 2020 arrebatará la vida a cerca de 12.000 valencianos.

Y es que el cáncer es una de las enfermedades que mayor impacto tiene en la población: se calcula que la mitad de los hombres y un tercio de las mujeres combatirán contra esta enfermedad a lo largo de su vida. La esperanza de vida va creciendo gracias a los avances en el abordaje y la incorporación de terapias dirigidas, así como la inversión en programas de cribado y detección precoz. Pero sigue siendo una emergencia sanitaria que plantea muchos retos y que suma mes a mes una cifra elevada de muertes: para 2020, se prevé que España alcanzará más de 112.000 fallecimientos a causa de esta enfermedad.

Además de los retos que plantea desde el punto de vista sanitario, también hay que valorar el impacto económico de esta enfermedad: el cáncer le cuesta a España 19.300 millones de euros, de los cuales un 55% lo asume el sistema sanitario y el 45% lo sufragan las familias, aumentando la vulnerabilidad y el riesgo de exclusión de éstas. Transporte, comida, alojamiento, equipamiento, cuidados formales e informales son algunas de las partidas que cubren -prácticamente en su totalidad- los hogares desde el inicio del tratamiento. Debido a las consecuencias de la enfermedad en la vida laboral y la productividad de los pacientes, la persona con cáncer y la unidad familiar a la que pertenece pierden ingresos desde el comienzo del proceso. Un gasto que, antes de la COVID-19, ponía en jaque a 27.000 pacientes con cáncer en España, de los cuales 2.900 residen en la Comunitat. Con el impacto de la pandemia en el empleo esta cifra sin duda subirá.

En estos dos meses ha sido necesario concentrar todos nuestros esfuerzos en frenar la COVID-19 que ha causado alrededor de 28.000 muertes y que exige un protocolo de actuación hasta que se encuentre la vacuna -desde aquí queremos agradecer toda la labor del personal sanitario en la lucha contra esta pandemia, así como todos aquellos que han estado en primera línea de batalla haciendo posible el abastecimiento de la población y el descenso del número de contagios-. En este mismo periodo de tiempo, el cáncer ha seguido su curso y la Asociación Española Contra el Cáncer de Valencia ha continuado dando respuesta a las necesidades de los pacientes y familiares sumando más de 1.400 atenciones por parte de nuestros psicólogos, trabajadores sociales y voluntarios, además del lanzamiento de una nueva partida de cerca de 150.000 euros destinada a ayudas económicas de emergencia para que este colectivo pueda afrontar la crisis que se cierne. Porque sabemos que la crisis que ha provocado esta pandemia ha agravado la fragilidad social y sanitaria de las personas con cáncer y sus hogares.

Por ello, una vez pasado el pico crítico de esta pandemia, es necesario que el cáncer recobre visibilidad y que todos juntos volvamos a hacer frente a los desafíos que plantea. AECC Valencia está haciendo frente a esta emergencia gracias a todo el personal, voluntarios, socios, empresas colaboradoras y todos aquellos valencianos que siguen viendo necesario acompañar, cuidar y ayudar a los pacientes con cáncer y a sus familias, así como seguir apoyando a la investigación oncológica para lograr el propósito que nos fijamos para 2030: conseguir aumentar la supervivencia al 70% y seguir mejorando la calidad de vida de las personas con cáncer. Porque, cuando despertemos, salgamos del confinamiento, tengamos vacuna, el cáncer seguirá aquí.