Chiva tiene una ubicación privilegiada, frontera entre la brisa del litoral mediterráneo y abriéndose paso al interior por la Sierra, el Paraje Natural Municipal valenciano de mayor extensión. Atravesado por la A3, a veinte minutos del corazón de València y con todo un futuro por comenzar.

Chiva tiene más de quince mil habitantes en una superficie de más de ciento setenta y ocho kilómetros cuadrados, pese a que sus normas subsidiarias urbanísticas son de la década de los ochenta. Chiva tiene casi una veintena de núcleos de población y, sin embargo, carece de un Plan General que las ordene urbanísticamente y sirva para garantizar el desarrollo de unas condiciones de vida dignas y coherentes.

La redacción y aprobación de un Plan General es algo lento y complejo. De hecho, en Chiva costó hasta un Gobierno Municipal allá por 2005 y nunca se llegó a la aprobación definitiva. Sin embargo, es un compromiso de este concejal y del Gobierno Municipal hacer todo lo posible para que este documento vea la luz durante esta legislatura. El proceso administrativo se inició ya en septiembre de 2019 y sigue su curso, paso a paso. Cabe tener en cuenta que, en un calendario optimista, el Plan podría ver la luz a nivel local en esta legislatura, para posteriormente remitirse a los organismos autonómicos pertinentes y que pueda entrar en vigor alrededor de una década después.

Se puede entonces deducir que este tipo de proyectos no son inmediatos, ni los resultados son palpables antes de las siguientes elecciones, quizá por ello nunca se haya llevado a cabo. Pero Chiva, de la misma manera que necesita un Plan General, requiere también de dirigentes políticos que acaben con esa visión cortoplacista de sólo pensar en las siguientes elecciones. Necesitamos, como pueblo, pensar con la vista puesta en el horizonte y dibujar colectivamente el municipio que queremos tener dentro de veinte años, para disponer una hoja de ruta que desarrollar progresivamente. He dicho dibujar colectivamente, porque ni se me pasa por la cabeza impulsar un Plan General que no cuente con la participación de su pueblo.

Y mientras tanto, ¿qué tenemos en todos esos años que tarda el proceso? Si tenemos unas Normas Subsidiarias Urbanísticas del año 1983, con sus Planes Parciales, modificaciones puntuales de los últimos cuarenta años, etc. Algo más podremos hacer con este documento ochentero, ¿no?

Abrimos un proceso de Urbanismo Participativo, dentro del marco estratégico Chiva Urban LAB, para actualizar la normativa urbanística municipal a la que le seguirán el resto de ordenanzas vinculadas, también de forma colectiva, escuchando las propuestas de la ciudadanía, los agentes sociales, las formaciones políticas o el tejido laboral.

Es imprescindible atender las necesidades e inquietudes actuales. Impulsar un modelo urbanístico que priorice a la ciudadanía frente al tráfico rodado, que anteponga la regeneración de espacios frente a la ocupación de otros nuevos, que desarrolle suelo industrial e infraestructuras para el crecimiento social, económico, laboral. Vamos a intervenir colectivamente para mejorar la calidad de vida en nuestro pueblo.