El 28 de mayo recibí el libro La guerra del neoliberalismo contra la Educación Superior (Herder, 2019) del pedagogo norteamericano Henry Giroux, enviado por Ricardo Sánchez, profesor emérito de la Universidad Nacional de Colombia. Y el 29, se publica en Levante-EMV Un gran cambio en la cultura docente, artículo de Francisco José Mora, rector de la Universitat Politècnica de València.

La irrupción de estos escritos (de 224 páginas el primero y unas 800 palabras el segundo) en plena relectura de El Hombre Unidimensional de Herbert Marcuse (Austral, 2016), con la referencia del rector Mora, al inicio de su artículo, a la creciente y saludable conciencia de personas y países sobre el impacto en la aldea global de la forma como tratan/tratamos la tierra, el aire y el agua, modificó mi plan de lectura/escritura de jubilado universitario en cofinamiento casero. Y lo ha hecho con una pertinencia que considero útil compartir de inmediato -sin mediar la rumia que merecen y que tendrán tan valiosos insumos-, con una propuesta a los rectores de la UPV, de la Universidad del Valle (Cali), Edgar Varela, y demás rectores/as de universidades iberoamericanas, hacia la XXVII Cumbre Iberoamericana que se llevará a cabo en Andorra la Vella, Andorra, el próximo noviembre (quizá telemáticamente) con el lema de Innovación para el Desarrollo Sostenible - Objetivo 2030.

Los textos tienen espacio en las tetralécticas (intersecciones, paralelismos, secancias y tangencias) que vengo trabajando (intermitentemente) desde la jubilación (junio de 2015) con la re-visión, re-discernimiento y re-evaluación de algunas trialécticas y dialécticas que han florecido en los siglos XIX y XX y pensamientos únicos de distintas épocas y estirpes, en especial el más reciente, en expansión desde los años 80 del siglo pasado y al que la pandemia del coronavirus ha arrebatado los dorados oropeles mostrando sus miserias a todo el mundo: El neoliberalismo con su darwinismo económico (Giroux dixit), sobrexplotación de recursos, privilegio de lo privado sobre lo público, sacralización del mercado y demonización del Estado. Exacerbación del capitalismo sobre cuyas raíces y efectos reflexionan Marcuse y otros autores en los 60, con la lúcida advertencia de Marx y Engels formulada en el XIX. La propuesta al rectorado iberoamericano tiene, pues, múltiples antedecentes, de los cuales cabe comentar dos de muy diferentes momento y alcance:

En 1969 hice una primera lectura del texto del filósofo y sociólogo alemán, en edición de Seix Barral (1968), al calor del movimiento estudiantil de Univalle y el estímulo del filósofo colombiano Estanislao Zuleta en un curso sobre Teoría del Conocimiento. Fruto de esa lectura crítica y de otras en aquella apasionada época fue un escrito (de unas 150 páginas) titulado La dimensión humana en honor a los sugerentes cuadros de René Magritte. El original se extravió en algún trasteo-mudanza sin que el autor hubiese abandonado la rumia intermitente de los temas con independencia de ocupaciones laborales como fueron los más de 20 años de trabajo en los programas de la UPV en convenio con universidades colombianas.

A finales de los 80 la UPV inicia un acelerado y sostenido proceso de internacionalización liderado por el rector Justo Nieto y acompasado con el impulso a la I+D+I y la relación con el entorno social y productivo, la formación de posgrado (con pioneros cursos on-line) y el emprendedurismo de estudiantes y profesores, con la creación de los centros de Transferencia de Tecnología (CTT) y Formación Permanente (CFP), el Programa IDEAS y los primeros pasos hacia la Ciudad Politécnica de la Innovación (CPI) con institutos-tractor como el ITM (Motores), el IBV (Biomecánica), el IBMCP (Biotecnología) y el IAD (Alimentos).

En 1993 la UPV firma un convenio marco de colaboración con universidades colombianas para la formación doctoral en ingenierías y ciencias aplicadas en la modalidad semipresencial. Las primeras dos tesis se leen en 1997 (en Nuevo Materiales) y la convalidación, por el Ministerio de Educación de Colombia, de los correspondientes títulos y de los más de 100 obtenidos hasta 2006 en 17 programas, sólo se logra ese año, cuando se modifica la normativa (acorde con la Ley de Educación Superior vigente desde 1982) según la cual para convalidar un titulo de doctor obtenido en una universidad extranjera se necesitaba un mínimo de tres cursos presenciales en las mismas, o sea, que el documento más importante en el trámite era el pasaporte y no la tesis doctoral€

Propuesta: Apreciados/as rectores/as: Entre los muchos e importantes temas que habrá que revisar y actualizar en la nueva normalidad del pos-covid-19 en las universidades iberoamericanas, está el de la rearticulación de las modalidades presenciales, semipresenciales y digitales en la docencia, la I+D+I (con más cooperación que competencia) y la proyección de la universidad en las sociedades de las que se nutre y a las que alimenta, aplicando una efectiva vacuna frente al virus neoliberal que ha contagiado también -y gravemente- al corpus universitario. La XXVII Cumbre es una oportunidad histórica imperdible para compartir ideas y propuestas que fortalezcan los lazos sentipensantes de fraternidad interuniversitaria, interinstitucional, intravital e intraplanetaria. Manos a la obra señoras/es rectoras/es!!!