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Covid-19, el personal sanitario

Con la pandemia del Covid-19, el personal sanitario se ha visto desbordado. La urgencia con la que se ha presentado, ha tenido consecuencias graves, sin material de protección, llegando a ser más de cincuenta mil los infectados, y muchos los fallecidos. Atendiendo a una avalancha de población contagiada con un virus desconocido, y sin medicación definitiva, siendo testigos de muchas muertes.

Esta presión, compromiso y pasión por ayudar, les ha llevado a niveles de alto estrés. No siempre, pero sí en muchos casos, han sufrido agotamiento físico y mental. Algunos, según cuentan, han subsistido con mucha angustia, bloqueo emocional, frustración y dolor, otros con irritabilidad, impotencia, ansiedad, culpa y miedo. Y al tener que trabajar con las emociones alteradas, la situación les ha exigido un esfuerzo psicológico mayor.

Ayudar a otros a curarse, es su objetivo, y disfrutan cuando los pacientes mejoran. El estrés que han pasado la mayoría, les ha creado agotamiento, procesos de pensamiento negativo, dificultades de memoria, problemas de concentración, obsesiones, dudas y pesadillas. Son personas comprometidas con sus pacientes y necesitarían desconectar. Sus rutinas con la falta de descanso, les puede llevar a sufrir también desequilibrios en los comportamientos. Incluso pueden presentar síntomas como abandono en los autocuidados, alterando las horas de sueño, y en general descansando menos, no hacer deporte, sufrir llanto sin control, deseos de aislarse, hiperactividad, agitación, procesos de evitación, y problemas para distanciarse, desconectando del trabajo.

Al sufrimiento que todo ello puede causar en los profesionales sanitarios, tanto los trastornos emocionales, cognitivos y conductuales, mencionados anteriormente, están presentes también: dolores de cabeza, mareos, presión en el pecho, taquicardias, dificultades respiratorias, sudoración excesiva, hormigueo y adormecimiento en algunas partes del cuerpo, contracturas musculares, temblores,alteraciones del sueño, en la ingesta y gastrointestinales. Este impacto emocional, con situaciones incontrolables, y terroríficas, evolucionando en algunos casos al "trastorno de estrés postraumático".

Han vivido muchas situaciones límite. Tomando decisiones "in extremis", pacientes muriéndose, la comunicación del fallecimiento a familiares. Experiencias desgarradoras que generan pesadillas, ansiedad, y posteriormente, revivir esos impactos. Todo el personal sanitario necesita cuidarse y ser cuidados. Ya sea por saturación mental, o por afrontar la escasez de personal debido a las bajas por la infección, requieren atención.

Ellos también necesitan sobrevivivir, permitiéndoles tener horarios y/o días libres que les faciliten la recuperación. Y unos sueldos a la altura de su formación. La salud es lo primero. Y es responsabilidad social cuidar al cuidador, de lo contrario donde hay un enfermo, puede que acaben siendo varios. Por ello urge escuchar sus prioridades, atender sus necesidades y sobre todo, soluciones cuanto antes. Necesitamos que se cuiden para seguir cuidando.

*(Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y Sociedad Española de Psiquiatría).

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