Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha detenido su mirada en el cielo preguntándose si habrá alguien más en el universo del que formamos parte. Esta profunda y bella obsesión no ha hecho más que crecer en los últimos tiempos. Gracias a los avances tecnológicos y los recursos destinados a la resolución de los enigmas que nos rodean más allá de la Tierra hemos podido profundizar sobre los conocimientos que teníamos. Actualmente pensamos que, dadas las condiciones necesarias para la vida, algunos rincones del Cosmos, según las teorías que poseemos, podrían albergar algún tipo de vida. Uno de los ejemplos más concretos es Europa.

Este satélite que orbita alrededor de Júpiter posee un manto gigantesco de hielo bajo el que se esconde un océano de agua. Y la NASA planea enviar una sonda a este recóndito mundo durante los próximos años para conocerlo más de cerca. Pero, más allá de los lugares que podrían albergar vida, la auténtica obsesión que existe en el subconsciente colectivo es descubrir si realmente hay algún otro tipo de sociedad o civilización. Según un último estudio publicado en The Astrophisical Journal el número de civilizaciones que podría albergar la Vía Láctea es muy concreto: 36. Para ello se han utilizado diferentes parámetros por parte de sus autores, desde la cantidad de tiempo necesaria para la creación de una sociedad inteligente hasta el tiempo que tardarían en llegar las señales de su existencia hasta nosotros. Quizá nunca averigüemos si esta cifra es cierta. O quizá sí. El tiempo es el único que tiene la respuesta. Y, de no ser la que esperamos, como mencionaba Carl Sagan en su novela «Contact», cuanto espacio desaprovechado.