Los primeros estudios publicados con casos de niños, procedentes de China, corroboran la impresión de que los niños no sufren una afectación tan grave como ocurre con algunos pacientes adultos. Los pocos casos que se publican en la revista española «Anales de Pediatría» confirman este hecho. Las series de niños enfermos contabilizados en China oscilan entre el 0,8 y el 2% y, la mayoría de estos niños, incluidos los menores de un año, son leves con fiebre de corta duración y síntomas catarrales. No hemos leído nada referido a problemas broncopulmonares y los análisis son muy anodinos.

Por el contrario, se ha documentado que los niños, aun siendo casos leves, pueden ser una fuente importante de transmisión del virus con una tasa de contagio e infección entre sus contactos que oscila alrededor del 7% en los niños menores de 10 años, similar a la de la población adulta. No se ha notificado ningún caso de mortalidad en estas edades, pero sí se ha apreciado la eliminación del virus largo tiempo en las heces (incluso un mes) y que también se han evidenciado cargas virales altas en las secreciones respiratorias.

La recuperación en los pequeños, tras pasar la enfermedad, suele ser la norma de unos 14 días, pero puede llegar como máximo al mes. En los casos españoles, comunicados de Castilla La Mancha y de la Comunidad de Madrid hasta mediados de abril, se confirma que un 1% de los casos de infección por covid-19 son niños, tal y como se describe en otros países, aunque las cifras deben ser manejadas e interpretadas con precaución dado que la incidencia varía en función de los casos analizados y por ahora el cribado es pequeño en niños y además pueden pasar desapercibidos casos muy leves. En este sentido la Asociación Española de Pediatría, en su página web, tiene disponible una actualización periódica.

Sin duda, una de las incógnitas, todavía no resuelta, es por qué habitualmente resulta asintomática en los niños y cuando en éstos cursa con clínica, suele ser leve o moderada. Esta circunstancia permite que muchos niños infectados no vengan detectados, lo que constituye una fuente de contagio incontrolada.

También, en relación con las embarazadas que son positivas para el coronavirus, en el último trimestre de la gestación, no se ha confirmado la infección a través de la vía placentaria y los bebés estudiados así lo muestran, pero es importante realizar pruebas de control en los mismos porque pudieran ser infectados por transmisión horizontal.

Por tanto, desde que surgió la pandemia ha sido mucho lo que hemos aprendido, aunque seguimos ignorando aspectos claves de esta, sobre todo en lo que se refiere a su tratamiento específico y a la disponibilidad de una vacuna que sea eficaz, efectiva, eficiente y segura.