Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nuestro mundo es el mundo

Sánchez sobrevive y tira al centro

Los pactos con Ciudadanos, los planes de Merkel y Macron y la actitud de Garamendi le han ayudado

Entramos en la nueva normalidad y del balance del estado de alarma resulta que el Gobierno -tan vilipendiado desde la derecha- ha sobrevivido a todas las votaciones. Y Sánchez incluso puede haberse afianzado ya que en las dos últimas encuestas -la de Narciso Michavila para ABC y la de Tezanos del CIS- el PSOE aguanta su cuota electoral y él sigue siendo el líder mas valorado y el preferido para presidente.

Por otra parte, ha ampliado sus apoyos al sumar en varias votaciones a los diez diputados de Cs, partido al que Inés Arrimadas y Edmundo Val han sacado de la foto de Colón de las tres derechas unidas al final de la pasada legislatura. Sánchez ya tiene más juego que la mayoría de la investidura, que tampoco era mayoría porque dependía de la abstención, no del voto, de ERC. En la última votación de la alarma, Sánchez tuvo mas apoyos que en la investidura de enero al sumar la abstención de ERC a los votos de Cs.

Sánchez ha sobrevivido (es su ADN) con dos mayorías: la de la investidura con ERC y la de Cs. Y aunque jura que los de la investidura son los socios preferentes, no renuncia a Cs. Al explicitar, e insistir, en la necesidad de grandes consensos, apunta a ampliar su mayoría de forma asimétrica. Sin dejar de contar con ERC, hacer algo de camino con Cs, lo que le permite limar el radicalismo de Podemos.

Además, ha quedado claro que España sólo superará la crisis, y el brutal aumento del déficit y la deuda pública, sumándose al consenso keynesiano -que no izquierdista- que Angela Merkel y Macron están forjando en Europa con su plan de 750.000 millones y con la financiación adicional del BCE de Christine Lagarde. Incluso la directora general del FMI, la búlgara Georgina Kristeva, ha "santificado", en una entrevista en El País, el Ingreso Mínimo Vital que el propio PP, olvidando su alergia al zapaterista Sánchez, acabó votando.

Sánchez se quiere correr al centro y desautorizar a los que le tildan de ser rehén de Pablo Iglesias. Y para ello no sólo ha contado con Cs, sino con los dos grandes socios de la UE -Alemania y Francia- que quieren una España (e Italia) estable.

¿Es posible la ampliación al centro con Iglesias en la vicepresidencia? Con racionalidad sí, porque el dinero de Europa -y la financiación del BCE- va a ser muy superior a cualquier invento impositivo de izquierda radical que, además, enervaría al mundo empresarial, imprescindible para recuperar la inversión y el empleo. Aquí Sánchez tiene una vía de escape para "desdogmatizar" la abolición íntegra de la reforma laboral de Rajoy. Ya ha explicitado que su prioridad es seguir avanzando en la concertación con empresarios y sindicatos, lo que limita el dogmatismo sobre la flexibilización del mercado laboral. Y la ministra de Trabajo -de Podemos pero veterana de CC OO- lo sabe.

Es precisamente Yolanda Díaz la que ahora frena el frente interclasista CEOE-CC OO-UGT que, juntos en unión, quieren la prórroga hasta el 30 de setiembre de los ERTE en su modalidad máxima. Y la exmilitante de CC OO replica a Unai Sordo y a Antonio Garamendi que prórroga sí, pero no en las mismas condiciones. El Estado teme no tener fondos para pagar los ERTE que piden las empresas y los sindicatos. Todo ha cambiado con esta crisis. Un gobierno de izquierdas, que enarbola la bandera del gasto público, dice a los empresarios que debe ser cuidadoso al modular el gasto de los ERTE.

No es el mundo al revés. Es que esta crisis aniquila esquemas tradicionales. La última prueba es que el intento de Pablo Casado de arrinconar al Gobierno en el extremismo no ha sido desbaratada tanto por la aproximación a Cs sino por el presidente de la patronal, Garamendi, un vasco conservador y cauteloso, que ha visto que las empresas necesitan al Gobierno (e influirle) para sobrevivir. Y que eso era posible porque Sánchez, con Nadia Calviño, Merkel y Lagarde detrás, está obligado al pragmatismo. ¡El fantasma de José María Cuevas debe revolverse por los pasillos de la patronal!

Las jornadas de la CEOE de esta semana, en las que se ha pedido más dinero público contra la crisis, más consenso, menos crispación política y más seguridad jurídica, han reforzado al líder del PSOE. El empresariado ha reconocido su legitimidad. Elemental. Las empresas no ganarían nada sumando a la crisis económica el desorden político y Pedro Sánchez no es un apestado, sino que tiene cintura. Y los moderados del PP -hemos oído hasta a Soraya- susurran a Casado que no puede quedar fuera de los muros del consenso de la nueva normalidad. Continuará.

Compartir el artículo

stats