Julio, uno de los meses feriados por excelencia de nuestro calendario, nos recibe también con un intenso y esperado calendario congresual. Los Populares nos preparamos para acometer tres citas que deben ayudar a definir nuestro proyecto para los próximos años, permitiendo recuperar la normalidad orgánica tras años de provisionalidad. Con el cap i casal a la cabeza, los compromisarios de Valencia ciudad se reunirán el 10 de julio. Le seguirán los compañeros alicantinos el 18-J y finalizaremos en la festividad de San Jaime con el XVº en la provincia de Valencia. Tres citas orgánicas que debemos aprovechar para recuperar el pulso, especialmente en la provincia de Valencia, bajo mínimos desde 2015. Tres citas que deben hacernos recuperar y fortalecer nuestras estructuras internas, recosiendo costuras y tendiendo puentes hacia el futuro. Son tiempos de desasosiego. La crisis poliédrica que nos afecta necesita imperiosamente certidumbres, seguridad jurídica, normalidad institucional y constitucional para recuperarnos del totalitarismo ideológico que sigue buscando subvertir nuestro sistema de convivencia.

Son tiempos recios, para todos. Nadie escapa a la desazón que las políticas de esta izquierda social-comunista, atrincherada en el guerracivilismo y abanderada del nacional-populismo, están generando en la sociedad. Las advertencias de la deriva político-social-económica llueven por todas partes y, frente a ellas, el Partido Popular debe dar un paso al frente como garante de esa estabilidad institucional que necesitamos ante una democracia debilitada. Por ello, estas citas congresuales deben servirnos de útil altavoz para hacer llegar nuestras propuestas a la sociedad, especialmente ahora que la pax popular ha llegado para atemperar las revueltas aguas de los Populares valencianos. Demasiados años perdidos en infructuosos e irresponsables enfrentamientos internos que han supuesto un desgaste sin paliativos entre nuestras bases. Militantes, simpatizantes y votantes así nos lo han venido manifestando durante estos años, haciéndonos pagar también por esas luchas cainitas que nos han desangrado electoralmente y debilitado orgánicamente. Es la hora de sumar. Sumar para ganar. Porque así nos lo exigen aquellos que depositaron su confianza en nuestras siglas. Los mismos que durante dos décadas nos permitieron dirigir la mayor transformación socio-política y económica de esta tierra. A ellos se lo debemos todo. Sin ellos no somos nada.

Con San Jaime cerraremos el XVº Congreso en nuestra provincia, para elegir a nuestro XVIIº Presidente provincial. Solo el recordado Manuel Tarancón y Alfonso Rus repitieron en el cetro provincial. Un pesado cetro para un territorio que en su complejidad, ha dado muestras de su generosidad hacia quien sabe entenderlo. Un Congreso que debe abrirnos una ventana de oportunidad para que, desde esa imprescindible cohesión interna, logremos armar un gran equipo que asuma la ardua tarea de reactivar el partido en la provincia. Conscientes de nuestra pertenencia a una organización nacional, no podemos perder de vista las singularidades propias de nuestros municipios y comarcas. Nuestra singularidad como valencianos. Somos herederos de una gran tradición política que bebe de las fuentes del pluralismo y por ello, debemos proponer iniciativas que sumen un valor añadido a nuestro hecho diferencial, con la Constitución, nuestro Estatuto y nuestra lengua, desde el respeto y la tolerancia, en libertad, para recuperar esa voz firme y decidida de los valencianos allá donde se decida nuestro futuro.

Pertenecemos a una gran formación política a nivel nacional y queremos seguir siendo ese fiel de la balanza dentro del equilibrio político del PPCV. Es mucho lo que está en juego, por lo que se nos demanda un plus de generosidad para salir victoriosos del trance. Solo hay una fórmula. Trabajo y más trabajo. Una nueva comunión con nuestras bases, para recuperar ese músculo territorial. Y unidad, mucha unidad desde la generosidad y responsabilidad de todos aquellos que confluiremos el 25 de julio para cerrar una etapa que ya no daba más de sí. Puertas que se cierran y otras que se abren a la esperanza y la oportunidad. Una cita con la historia, un 25 de julio, para demostrar que volvemos a tener el Partido Popular que esta provincia necesita. Es la hora de la militancia. Es tiempo de Congresos.