Es obvio que, opiniones las hay para todos los gustos, pero son los economistas los que deben cuadrar los números para que el Estado de Bienestar o lo que va quedando de él no se tambalee y pueda tener futuro. Si la justicia social puede asomar y echar un cable, mejor que mejor. En ese cuadrante del Estado de Bienestar hay otros actores que también tienen algo que decir. Trabajadores sociales, educadores o incluso sociólogos, pueden aportar criterios de objetividad a la cuestión en la que todos como sociedad andamos y, para que sea sostenible, hay que incentivar el trabajo y proteger la capacidad recaudatoria.

Dicho esto, como en todo, hay artículos, opiniones y sectores en contra del Ingreso Mínimo Vital (IMV) aprobado recientemente. Veremos de qué manera cala en la sociedad lo que nos comentan ciertos medios. Que es una medida razonable para afrontar una crisis, pero no es una buena idea como política permanente, especialmente en el caso de España. Muchos países han experimentado con políticas de este tipo, y su experiencia en general ha sido que beneficia a los que lo reciben, pero no incentiva la búsqueda de empleo legal. Esas y otras lagunas le ven al IMV.

Personalmente, lamento que algunos medios den pábulo a esta forma de entender las ayudas sociales. En resumen, la economía no se va a reactivar porque los que reciban los 400€ van a vivir tan de p.m. que, ¡claro!, como son pobres, con eso van que chutan, y no van a querer trabajar de forma legal, y van a dedicarse a la economía sumergida, y eso va a minar el crecimiento económico y el mismo Estado de Bienestar...

Hace pocos días, un periódico publicaba un espléndido artículo con un estudio de Harvard sobre cómo se exige y se juzga a los pobres con otro rasero. Y estas publicaciones con las que me encuentro serían es un claro ejemplo de ese estudio. Por la misma lógica, no se debe dar subvenciones ni ayudas a las grandes empresas en épocas de crisis, porque incentivan la contratación precaria, fomentan la explotación laboral y dificultan el consumo que favorece a la economía. O, ¿es que los pobres son corruptos, vagos y estafadores por naturaleza? Debe ser.

De siempre se sabe que las grandes crisis económicas las han motivado la gente que percibe subsidios de subsistencia. Este es el modelo que esta economista enseña en la IE Busines School a los cachorros que luego serán los grandes consultores y economistas que vendrán a contarnos las teorías del porqué el sistema quiebra de nuevo. Ya lo hemos vivido. Entonces eran los ciudadanos que vivían por encima de sus posibilidades los que hundieron la economía, ahora van a ser la gente que perciba la renta vital mínima. Está claro.

Sin olvidar lo que dicen de la inmigración. Podría pedir que esos salarios a los que se alude, fueran dignos y no las miserias que se pagan en muchos casos. A veces pienso, que jamás han hablado con alguna persona que lo esté pasando mal. Económica y socialmente, marginados, excluidos por esa situación. Deberían sentarse un ratito con alguno de ellos.

Tal cual, digo. Es un prejuicio establecido casi de forma endémica: nos roban y llevan a la ruina los que tiene menos que nosotros, que además están en esa situación porque se lo han buscado pero, los de arriba no. Algunos regalan a sus queridas millones, o la banca que debe a los españoles más de 40.000 millones pero nos va a llevar a la quiebra los que reciben el IMV.

Y así es. Algo que repiten una y otra vez, por lo que solo esperar que no cale en la sociedad este tipo de discurso. Porque ocurre que las distancia entre los que tienen mucho y los que no, cada vez es más amplia y parece ser que quieren que sea aún mayor.