Recientemente se ha publicado un artículo sobre la pérdida de anchura de las playas de la ciudad de València. Apoyándose en un minucioso estudio elaborado por el Grupo de Cartografía Geo-Ambiental y Teledetección de la Universitat Politécnica de València ha concluido que algunas playas, como la del Cabanyal-Las Arenas o la de Pinedo han perdido hasta 10 metros de línea de mar como consecuencia de los temporales de los últimos años, aunque señala que ese retroceso se ha producido en únicamente cinco años.

Al ver los valores que el estudio expone, los diez metros de retroceso de la línea de mar en cinco años y la pérdida de más de cuatrocientos mil metros cúbicos de superficie de playa (427.498), pensé en ese momento recurrir a los valores determinados en los seguimientos ejecutados por el Laboratorio de Puertos y Costas de la Universidad Politécnica de Valencia (LPC-UPV) desde 1992 hasta 2015, me asaltan las dudas de las cifras, pero también me asalta la duda de qué es la «línea de mar».

El seguimiento realizado por el LPC-UPV se ha ejecutado por el Sistema BP, desarrollado por el propio LPC-UPV y que se puede definir como método de alta precisión -el error de los datos obtenidos es de un centímetro- lo que da garantía de que los valores permiten analizar las variaciones con una alta precisión. El método permite determinar las variaciones de la línea cero, que define la orilla del mar en la cota cero; en cierta forma estamos definiendo exactamente la orilla del mar, y con un error de un centímetro. Otro de los datos es la determinación del perfil de playa, tanto playa seca como estrán y playa sumergida, perfil completo y con error de un centímetro, lo que permite ver las variaciones y adelantarnos a procesos recesivos de la playa. Más valores que podemos determinar es el avance o retroceso de la línea cero, la ganancia o pérdida de superficie de playa, como otros más.

El sistema empelado por el Grupo de Cartografía Geo-Ambiental y Teledetección de la Universitat Politécnica de València se apoya en imágenes aéreas o satelitales, y más concretamente en estas últimas. Pero, ¿cuál es el error de los valores determinados?, ¿cómo se sabe dónde está la orilla del mar, se sabe sí el nivel del mar esta en pleamar o bajamar?, ¿se corrigen los niveles del mar?.

Volvemos al seguimiento del LPC-UPV. Vamos a centrarnos en el último período ejecutado, entre 2008 y 2015, y empezamos por las playas al norte de la ciudad de València. La playa del Cabanyal, entre 2008 y 2015 ha aumentado su anchura en un valor medio de 40 metros, si consideramos los últimos cinco años el avance es de 31,52 metros, en el caso de la playa de la Malva-rosa entre 2008 y 2015 la anchura media a retrocedido algo más de tres metros (-3,44) mientras que en los últimos cinco años ha avanzado un poco más de un metro (+1,14). Si analizamos las variaciones superficiales, el Cabanyal ha aumentado su superficie, entre 2008 y 2015 en 24.930,88 m2, en los últimos cinco años ese incremento es de 23.930,06 metros cuadrados; para la playa de la Malva-rosa, los valores, para los mismos periodos, son de una pérdida de 18.731,71 m2 y de 5.200,54 m2, respectivamente. Si nos quedamos en el período 2010-2015, la playa norte ha experimentado un aumento de anchura medio de 18,07 metros y un incremento superficial de 18.730,33 metros cuadrados. Podemos concluir que las playas al norte de la ciudad de València, Cabanyal y Malva-rosa, ha aumentado su anchura media y ha aumentado su superficie. No coincide con lo expuesto por el Grupo de Cartografía Geo-Ambiental y Teledetección de la Universitat Politécnica de València y únicamente podemos coincidir en que la playa de la Malva-rosa se encuentra en un proceso de recesión, pero Cabanyal esta en acreción y así seguirá.

Al sur del puerto, considerando las playas de L'Abre del Gos, Saler, Garrofera y Devesa, la anchura, entre 2008 y 2015, como valor medio a avanzado en casi 0,85 metros. Considerando cada frente se ha establecido en aumento de la anchura para las dos primeras (+0,44 / +10,57 metros) y un retroceso para las dos últimas (-10,81/-0,19 metros). Curiosamente si consideramos el período 2010-2015, la anchura de la playa aumenta, con un valor medio para todo el frente de 3,81 metros. Discrepa, pues, de lo concluido por el Grupo de Cartografía Geo-Ambiental y Teledetección de la Universitat Politécnica de València, y lo mismo ocurre con la variación superficial, considerando todo el frente sur entre 2008 y 2015 la superficie de la playa ha disminuido en 96.598,56 metros cuadrados; pero en los últimos cinco años se reduce esa pérdida superficial a 9.483,65.

Todo lo expuesto puede haber sido pesado por la cantidad de números expuestos, periodos de tiempo y diferentes playas, pero podemos transmitir unas conclusiones que difieren, en mucho, con las conclusiones expuestas por otros investigadores.

La anchura de las playas de la ciudad de València no ha perdido un valor medio de diez metros en cinco años. Al contrario, en cinco años la línea de orilla de las playas ha avanzado 6,30 metros, el mayor avance se ha dado al norte del Puerto de Valencia, y menor avance al sur, pero en conjunto la anchura de la playa ha aumentado. Hemos determinado la variación de la superficie de la playa seca, que, en conjunto, considerando todo el frente, la superficie se ha visto reducida en 4.606 metros cuadrados, que al norte es aumento y al sur reducción, pero que, como en el caso de la anchura, difiere de valores determinados por otros investigadores.

¿Dónde está la diferencia entre las conclusiones establecidas entre el Grupo de Cartografía Geo-Ambiental y Teledetección de la Universitat Politécnica de València y el Laboratorio de Puertos y Costas de la Universidad Politécnica de Valencia? Personalmente considero que el sistema de medida difiere, y de forma importante: pasamos de un método del que desconocemos el error en las medidas y como se determinan las variables analizadas frente a un método que se define como de precisión y del cual se conoce el error que se comete y que ha eliminado del sistema todas las fuentes de error. No podemos, ni debemos, barajar valores que puedan crear alarma innecesaria y hay que estudiar de forma cuidadosa las conclusiones que se alcancen y que queden bien justificadas, en el caso que hemos expuesto la única coincidencia es que la playa de la Malva-rosa se encuentra en recesión, conclusión que el LPC-UPV ya expuso en 1997, no es pues una novedad. Al sur del puerto parece que la costa tiende a una aparente estabilidad, pero no podemos confiarnos. Esa aparente estabilidad se centra en la playa de la Devesa, Pinedo se encuentra al abrigo del puerto y por tanto está en acreción en conjunto, y el resto de playas se encuentran en recesión pero de baja tasa; únicamente destacar que La Garrofera, y sobre todo el entorno y frente de la urbanización La Casbah, es la zona de mayor riesgo y que merece atención y plantear soluciones para su sostenibilidad. Soluciones existen, pero hay que acudir a expertos y especialistas en Ingeniería de Costas; sólo hay que preguntar, ya hace años se presentó una solución al Ayuntamiento de València,