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En busca de un litoral todavía más limpio

A la hora de realizar una Planificación de los Espacios Marinos vinculados a la Infraestructura Verde es necesario contemplar el tema de los residuos marinos para conseguir un espacio limpio y saludable para todos.

Desde la Unión Europea se ha estudiado el tema y se ha concluido que el 70 % de los residuos marinos en la Unión se concentra en diez productos de plástico de un solo uso y en artes de pesca perdidos y abandonados. Por tanto, contra ello se han propuesto medidas con el objetivo de reducir el 30% de este tipo de residuos. Estos residuos plásticos están considerados como uno de los contaminantes más graves para la biodiversidad del Mediterráneo.

Los residuos plásticos constituyen el 95% de los residuos que flotan en el Mediterráneo y que son arrastrados hasta las playas, y dicho esto... qué mejor forma de proteger nuestras playas, punto de atracción para el turismo, la pesca o las actividades recreativas marítimas que librarlas de residuos.

Se trata de una oportunidad única para que las empresas alicantinas bajo las indicaciones de la UE se coloquen como líderes mundiales en productos sostenibles, ya sea en su producción como en la utilización de estos.

Los diferentes proyectos para limpiar costas y mares financiados por la UE y que los poderes públicos y empresas privadas deben aprovechar para implicarse a la hora de actuar en el litoral de nuestro entorno, sobre todo en los puntos más conflictivos. Proyectos como LitterDrone, Amalia y SpilLess son tres claros ejemplos de participación española en la meta de mantener fuera de residuos las costas y mares peninsulares. O los proyectos CleanSea, ECsafeSeafood, Common Sense dentro del Horizonte 2020 son otro claro modelo. Y con ello nos preguntamos ¿Y por qué no promovemos estas iniciativas al máximo para crear un espacio litoral y marítimo envidiable y atractivo para un visitante que busca espacios naturales más que limpios?

Las zonas marinas protegidas de la Comunitat Valenciana, que pueden ser contempladas y fotografiadas, ventanas de nuestro paisaje costero hacia el exterior, deben estar incluidas en proyectos como Medsealitter con la finalidad de crear una red de colaboración de zonas marinas protegidas con el apoyo de organizaciones científicas y ONG, pudiéndose vincular estrechamente con las Infraestructuras Verdes de costa. De este modo se lograría aminorar el impacto de los residuos plásticos en el mar ya que los datos son escalofriantes a nivel global: se dijo que para finales de la segunda década del siglo XXI los mares del mundo podrían llegar a contener 1 tonelada de plástico por cada 3 toneladas de peces; más de 260 especies ingieren plásticos, principalmente peces, cetáceos y tortugas marinas. Algo que repercute directamente en nuestro día a día a través de nuestra alimentación incidiendo en nuestra afamada gastronomía mediterránea.

Es muy importante avanzar en la presencia y participación en la nueva estrategia de biodiversidad de la UE para 2030 (adquirida en mayo de 2020) la cual tiene como objetivo fortalecer la protección de los ecosistemas marinos y restaurarlos para lograr un «buen estado ambiental», incluso mediante la expansión de áreas protegidas y el establecimiento de áreas estrictamente protegidas para la recuperación de hábitats y poblaciones de peces. Destaca la necesidad de un enfoque basado en ecosistemas para la gestión de las actividades humanas en el mar según su zonificación. Y aquí enlazamos con las Infraestructuras Verdes y la Planificación de los Espacios Marítimos para las zonas en donde los usos humanos son permitidos pudiendo operar en cuatro dimensiones: en el lecho marino, en la columna de agua, en la superficie y en el tiempo, al acometer actividades, lo que permite utilizar el mismo espacio para fines diferentes y en momentos diferentes con máximo respeto entre los diferentes usos.

Con todo, para conseguir un buen estado medioambiental de nuestras aguas marinas y proteger los recursos marinos de los que dependen gran cantidad de actividades económicas y sociales de nuestro entorno, debemos participar directamente en todas las iniciativas que impliquen la idea de gestión de los usos que impacten en el medio marino desde la protección medioambiental y de los ecosistemas acuáticos.

Para ello los poderes públicos se deben preocupar, como ya se ha dicho, en involucrarse y participar en la nueva estrategia de biodiversidad de la UE para 2030. La Comunitat Valenciana ganaría, ya que siendo una costa hoy en día muy conocida por sus playas añadiría una etiqueta más que la identificaría como un litoral muy atractivo y punto de referencia internacional para ser visitado por un turismo respetuoso con el medio que busca naturaleza cuidada, limpia y sostenible.

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