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Tribuna

El precio de parir sin dolor

Cada vez son más voces las que en España reclaman un parto natural. Ahora bien, ¿esta petición, es coherente con el deseo habitual de parir sin dolor? ¿Puede exigirse, evitar una episiotomía -incisión practicada en el periné para facilitar la salida del feto- cuando, un elevado número de mujeres, solicita recibir anestesia epidural? ¿Es, acaso, la analgesia-anestesia un proceso natural?

La verdad, es que mucho han cambiado las cosas desde que apareciera la primera referencia científica sobre anestesia epidural, en 1921, en la Revista Española de Cirugía. Fidel Pagés Miravé, cirujano militar, describía lo que entonces denominó anestesia metamérica. A partir de esa fecha, se ha pasado a utilizar este anestésico, poco a poco, hasta que en la actualidad, en líneas generales, en nuestro país, los alumbramientos se llevan a cabo de forma indolora en el 72% de los casos. Ahora bien, la epidural es, en parte, responsable de que los partos españoles se intervengan en exceso. Aún recuerdo las palabras que, hace unos meses, decía Rosa María Plata, vicepresidenta de la AEM , en las que hacía referencia a este asunto: "Las mujeres deben saber que esta elección cobra un impuesto añadido, como más necesidad de oxitocina, ya que, en ocasiones concretas, puede alterar la dinámica del parto, o provocar períodos de expulsión más largos, situaciones que no beneficiarían ni a la madre ni al feto".

Y así están las cosas. Por una parte, la OMS recomienda partos, en su mayoría vaginales, con una tasa de cesáreas inferior al 10% y empleo de oxitocina en casos muy contados. Por la otra, los expertos alertan del peligro que conlleva el empleo masivo de este anestésico.

Conviene, por tanto, que todas las mujeres tengan presente que, en la actualidad, contamos con una tecnología que nos ofrece datos imprecisos que señalan, únicamente sospechas, no certezas, de potencial patología fetal. Y, señoras y señores, ante la duda, se actúa. Porque se trabaja con miedo a obtener malos resultados fetales, algo que puede ser irreversible y de rebote conllevar una demanda.

La medicina defensiva existe, gústenos o no. Es una realidad. Sepan que el uso actual de la analgesia epidural, que es casi siempre elección de la mujer, ofrece un alto grado de confort, pero también puede propiciar intervenciones necesarias para concluir con éxito un parto. Que es, en definitiva, lo que deseamos todos los profesionales de la salud que nos dedicamos a ello.

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