Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La ventana

La fiesta del chivo

El presidente del Gobierno ha tenido que volver a comparecer. Lo que son las cosas, ahora ya se le echaba en falta.

El ambiente, caldeado, está. El Sindicato Médico de este entorno nuestro alerta de que los médicos de Atención Primaria sufren un repunte de insultos y malos modos. En medio de cierto estado de tensión Cayetana se ha sentido muy arropada por Vargas Llosa: «Aunque sé que a ella no le gusta esta palabra, lo que ha hecho en España una joven tan admirable ha sido una pequeña revolución, que, al menos yo, creo de largo alcance». Posiblemente lo de Mario sea la ficción. Digo posiblemente. Y, si no, vean: «Los que hemos votado varias veces por el pepé porque es lo que más se parece a una fuerza liberal en España...».

Pues, sí, en dos ocasiones he ido a parar este verano a urgencias. Pocas son desde luego. Me sentí mejor al ver el titular que dedicó en La sexta ese culo inquieto que es Cristina Pardo al suceso ocurrido con quien ha durado un año de portavoz parlamentaria: «Pablo Casado destituye a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz de Cayetana Álvarez de Toledo». Tras escudriñar en el diagnóstico proporcionado por el licenciado peruano, autor de La fiesta del Chivo entre otros chivos, la periodista habrá buscado antídoto en García Márquez. Por fortuna, la doctora de guardia en el centro de salud me recetó 2,5 miligramos de bisoprolol normon y me ha atemperado el ritmo cardíaco, que si no...

Parte del equipo médico habitual lleva razón al denunciar la de pacientes que pierden los estribos en la espera. Los he sufrido y eso que el mío de cabecera tenía que haberme llamado la semana pasada y aún estoy esperándolo, pero lo entiendo. Lo que es más difícil de comprender es que, quienes denunciaban falta de libertad en el confinamiento, hoy hablen de libertinaje. Claro que esto, señor presidente, no se cura con comparecencias en el caso de que esté pensando retomarlas. Lo que se necesitan son manos. Que, con las del Nobel sueltas, lo complicado es que no se nos vaya la cabeza. Y las humanidades.

Compartir el artículo

stats