Ya estamos en esos últimos días de agosto que tan poco nos gustan. Bien porque en muchos casos han significado el final de las vacaciones y en otros debido a que el calor ya tiene los días contados, aunque esto último va quedado en entredicho. No es casual que cada vez más personas elijan el mes de septiembre para el retiro vacacional, cuentan con el beneplácito climático. En los últimos años estamos siendo testigos de cómo los registros estivales se alargan prácticamente hasta octubre, sobre todo durante el día. En el siglo XX esto también pasaba, pero de forma más aislada.

En el año 1976 Canarias registró la ola de calor más larga de su serie histórica, y arrancó ya el 28 de agosto, extendiéndose hasta el 10 de septiembre. Catorce días, ahí es nada. La Península Ibérica quedó al margen de aquel episodio, pero en los ochenta cambiaron las tornas. Entre el 5 y el 8 de septiembre gran parte del territorio peninsular vivió temperaturas caniculares, con máximas de entre 35 y 40 ºC en muchos puntos de la mitad sur.

Después, tuvieron que pasar 18 años para que tener algo parecido, hasta 2006, cuando un nuevo envite de aire tropical dejó temperaturas muy altas en 15 provincias, con muchas ciudades por encima de los 35 ºC entre los días 4 y 6 de septiembre. En el actual contexto de calentamiento global estas cifras pueden parecer una nimiedad. Ahora cada vez resulta más fácil llegar a los 40 ºC, por eso una década más tarde, en el año de El Niño inmisericorde, una ola de calor colosal llegó para acallar las teorías negacionistas.

En 2016 bastaron tres días para que cayeran decenas de efemérides. Más de 30 estaciones de la red principal marcaron nuevos récords. El día 5 de septiembre el observatorio de la AEMET ubicado en el aeropuerto de Córdoba registró una temperatura máxima de 45,1 ºC. El revuelo en los medios de comunicación fue tremendo, pero duró muy poco. Un día más tarde ese mismo termómetro se enfiló hasta los 45,4 ºC.

Hace un año la AEMET publicó un estudio climatológico evidenciando la mayor extensión que está adquiriendo el verano con el paso del tiempo. Aproximadamente, el inicio se está adelantando unos 7 días por década, mientras que su finalización se está retrasando cerca de 2 días en ese mismo período. En definitiva, el tramo estival en España se está alargando a un ritmo de 9 días por década desde los años 70. Arriba ese ánimo...