A finales de agosto pasar por Colliure, donde reposan los restos de Antonio Machado, tan cerca y lejos de España, en Francia, es recordar cuando él hablaba de las dos Españas, y verlas todavía contrapuestas, en tiempos convulsos, en los que la dinastía Borbón continúa entre nosotros desde que el primero de ellos, procedente de Francia, Felipe V, lo hiciera, en 1700 - los fueros del Reino de València se perderían tras la derrota en Almansa en 1707 - mientras el país continúa poco afrancesado. Acaso, concepción centralista del Estado. Allá, figura el lema, libertad, igualdad, fraternidad, en el frontispicio de todas las instituciones, mientras acá, el tríptico, paz, piedad, perdón, acuñado por Azaña, aún en situaciones muy distintas, apenas sea recordado por algunos españoles.

Un siglo más tarde, los franceses, como invasores, estuvieron poco tiempo entre nosotros, donde fueron fuertemente rechazados.

En València, la defensa llegó a tal punto que los propios valencianos llegaron a destrozar el palacio Real, del que apenas pueden verse hoy unas mal conservadas ruinas en los Vivers del Real, para evitar fuera utilizado por los franceses, como lo había sido inicialmente, 1812, durante el tiempo en el que su estancia e ilustración apenas pudo dejar algún recuerdo, como los jardines del Parterre, por el general Suchet, quien vino a recibir el título de Duque de la Albufera.

Siguiendo por la Occitania francesa hay oportunidad de encontrar en Pézenas, la estancia de Molière entre sus pobladores, que se recuerda en el Festival de Teatro que anualmente se lleva a cabo con su nombre. Al igual que en Sête se celebra el Festival de la canción de autor, en homenaje a Georges Brassens, o en Narbona se reivindica a Charles Trénet, autor de 'La mer', lo cual en València pudiera hacerse en homenaje al cantautor Lluis Miquel, o en Xàtiva con Raimon, autor de 'Al vent'.

En otro orden de cosas, en Benicarló, tuvo lugar, en el antiguo albergue, hoy Parador de Turismo, la reunión de Azaña - quien igualmente fue enterrado lejos de su patria en Montauban, también Occitania - Presidente de la 2a República Española, además de Premio Nacional de Literatura, por su biografía sobre Juan de Valera, con los presidentes del Gobierno español y catalán, Largo Caballero y Companys, y que en el ámbito político desarrolla la obra, 'La velada en Benicarló', en cuyo texto aparece el doctor Lluch, heterónimo del doctor Negrín, quien sería también presidente del Gobierno español, y como médico, profesor que fuera de Pedro Arrupe, más tarde Superior general de los jesuitas.

Cosas todas ellas, en el ámbito musical y político, que no dejan de ser enseñanzas a considerar. Pues como dice, Filippo Pananti, «la vida es un libro del que, quien no ha visto más que su patria, no ha leído más que una página». Así los franceses mantienen, en multitud de ciudades el reconocimiento a quienes se hacen acreedores a ello, lo cual alcanza, tanto al financiero filantrópico, Jacques Coeur, como al sindicalista socialista, Jean Jaurés, fundador de 'L'Humanité', quien, en carta a su hijo, no duda en reivindicar el estudio de la religión, sin necesidad de asumir su mandamiento, pero que resulta oportuno recordar cuando en nuestro país se ensucia la estatua de Fray Junípero Serra, en la propia Mallorca, en una lamentable muestra de intolerancia.