En muchos lugares se ha producido una importante bajada de temperaturas y ha llovido con intensidades y cantidades muy diversas, y, donde eso ha pasado, eso ha supuesto un alivio para una tierra exhausta tras el normal, cálido y seco verano. Paralelamente, he ido leyendo noticias sobre cómo la Unión Europea y las distintas comunidades autónomas intentan definir lo que ha venido en llamarse agricultor genuino. El objetivo político claro es buscar una definición más restrictiva para ahorrarse dinero con las subvenciones y en ese contexto estoy leyendo auténticas barbaridades. Por otro lado, el objetivo claro es enfrentar a los llamados agricultores genuinos o profesionales con los que no viven de esto, para que los vean como rivales en el logro de la subvención o de los derechos profesionales. Toda mi vida académica la he pasado intentando demostrar que la agricultura a título parcial, la que no es profesional, en algunos contextos geográficos, es la única posible, que cumple una función social, paisajística y ambiental indiscutible, y que es fruto a veces de múltiples simplificaciones. Hay muchas tierras en España cultivadas por propietarios urbanitas grandes y pequeños que no van prácticamente nunca y que solo las tienen como herencia histórica o como inversión, con el objetivo de cazar primas o subvenciones. La existencia de propietarios absentistas que viven en ciudades alejadas en muchas zonas rurales de España es todo un clásico y puede ser un problema. No obstante, lo que sí es una barbaridad es confundir ese tipo de agricultores no profesionales con los medianos y pequeños agricultores que en contextos muy variados y por causas muy diversas, como la herencia o la compra, tienen en la tierra una actividad complementaria, un ocio activo o se mueven en la agricultura de jubilados, y que están en vías de extinción, al no poder asumir los gastos de la explotación. Desde la administración se hace pensar que esa desaparición será positiva para los profesionales, que dejara solo a los que "merecen" estar, pero los problemas de precios y poca sostenibilidad de las explotaciones no desaparecerán con la desaparición de los pequeños, de hecho, puede incluso que se agraven En muchos casos, la única agricultura posible es la que se desarrolla como parcial. Los problemas de la agricultura han de abordarse de forma integral y la nueva definición de lo que es o no es un agricultor no solucionará nada.