"Me llegaban pagos de las islas Sheychelles (paraíso fiscal del océano Índico), había detrás una industria muy grande, turbia, precarizada". Meritxel Ahicart Centelles, castellonense de veintisiete años, exalumna el Máster de Fotografía de la Universitat Politècnica de València (UPV), trabajó en una plataforma de chat erótico ("porno personalizado" más "horas de conversación"), y en su desánimo ante las esqueléticas salidas laborales de la juventud ha querido denunciar artísticamente la opción a la que ha tenido que dedicarse para sobrevivir. En "Chat Player", su propuesta para la IX Edición del Festival 10 Sentidos, la ecuánime fotógrafa plasma la turbiedad y oscurantismo de esas redes telemáticas comerciales de relaciones que actualmente proliferan. Marcel Gascón Barbera periodista corresponsal en Rumania, escribe para EFE/The Clinic, con fecha de mayo de este año: "Así funciona el negocio del sexo por webcam en plena pandemia".

"Ahora estoy en otro precario: repartidora de Amazon; ¡te ves ahí! en ese puesto de trabajo ¡para toda la vida! y no sabes cuándo va a cambiar". ¿De qué le sirve el grado de Bellas Artes, los estudios, ser experta en fotografía analógica y digital, las becas como la del Instituto Europeo de Diseño de Madrid y los cursos de posgrado? En su historial cuenta con el premio DKV (Seguros) Fresh Art, ganado a los diecisiete años, y ahora: "¡Estoy repartiendo en Amazon! (comercio electrónico)". Aun así no tira la toalla ya que sabe que "El Arte es mucho más allá de lo profesional".

¿Por qué la creatividad artística es gemela de la precariedad? ¿Discurren algo provechoso las mentes de los poderes para las nuevas hornadas de artistas ¡sin enchufe!? "Una mollera vacía no está realmente vacía; está llena de basura. De ahí la dificultad de meter algo en una mollera vacía", dictamina el filósofo moral y social norteamericano Eric Hoffer en su libro Reflections on the Human Condition.

Ahicart, curtida en plena juventud, mediante la utilización de colores como el negro y el rojo transmite "Como que el marco de todo, fuera la violencia". Transcurridos tres meses de trabajo se sublevó ante "La ficción que te hacen interpretar" para satisfacer "el deseo virtualizado" del hombre heterosexual. "¡Yo ya acabé!". "Por mi praxis creo que me despidieron", debía pasar por tener diecinueve años para clientes maduros que buscan contactar con jóvenes, "Son estrategias".

"Nada representa la "estructura" real y verdadera del mensaje-objeto que llamamos obra de arte que su naturaleza técnica, entre otros términos, el proceso operativo (que fatalmente implica la pareja de contrarios proyectos y ejecución) en que se ha producido" escribe el genovés (Italia), catedrático de Historia del Arte, Corrado Maltese coordinador de la obra colectiva Las Técnicas Artísticas. Mensajes y objetos que informan, denuncian, disienten luchan por aflorar.

"Mi madre fue camarera de piso, he visto cómo sus cuerpos van cambiando" por el trabajo que realizan; no se debe olvidar que toda "Guía turística tiene un parásito que es el discurso de las Kellys (las que limpian), ¿dónde no deberías alojarte a no ser que quieras perpetuar una explotación? es la antítesis de la guía turística, mostrar la cara oculta que no se muestra de lo turístico". Este es el incentivo de Alejandro Robaina (Alejandrx) natural de Telde (Gran Canarias), que le ha llevado a presentar su trabajo en Las Naves Centro de Innovación junto a otros veintiséis artistas y cinco tutores de la UPV, bajo el lema Soñadores. Dreamers 2.0. Robaina, a un curso de acabar el máster de Fotografía, participa en el que ha sido el pistoletazo de salida de la nueva entrega del multidisciplinar Festival 10 Sentidos con actividades programadas hasta diciembre.

"Intento crear discursos que siempre son políticos", Alejandrx admite trabajar desde un punto de vista paisajista, y en su espacio utiliza retratos fotográficos y hasta radiografías pre prótesis de rodillas, dos paneles condensadores de aquello que oculta el negocio turístico encarnizado en la mujer. "La precariedad laboral es la resultante de un conjunto de situaciones relativas a la inseguridad en el empleo y a la falta de derechos sociales, que afectan especialmente a determinados colectivos de personas" escribe la sindicalista Dolores Liceras Ruiz en el prólogo: Precariedad laboral, políticas de empleo y representación sindical; publicación de la editorial alcireña Germania Serveis Gràfics.

Jóvenes con la pulsión artística en las venas no abandonaran sus armas creativas tan fácilmente como suponen. Con o sin trabajo vibran diariamente y analizan el sistema sin el filtro de la ranciedad apoltronada. El arte no puede domeñarse, ni acallarse, ni manipularse, tampoco censurarse, ni prostituirse, porque de cada soplo vital nace una creación necesaria para librarse de mochilas totalitarias. Joan Miró, pintor y escultor barcelonés, confesaba según recoge la porteña (Argentina) y licenciada en Sociología Margarita Witt en la colección Grandes Biografías que: "La inmovilidad me afecta. Esta botella, este vaso, un grueso guijarro en una playa desierta son cosas inmóviles, pero desencadenan en mi espíritu grandes movimientos. No experimento lo mismo ante un ser humano que se desplaza siempre como un idiota".

¿Qué bozal se decreta para las inquietudes artísticas actualmente? ¡Precariedad y agobio depresivo! cierre de horizontes y universos desdeñados por una madeja capitalista laberíntica que marea y acobarda.

May Aramaki y David Costa de veintitrés años junto a Ernesto García de veintisiete, son tres integrantes del equipo formado también por Neus Seguí y Anna Grullas, responsables del proyecto L´Horta, idea surgida en el aula de la UPV para defender los territorios de cultivo adyacentes a la ciudad; un formato gráfico creado ex profeso con imágenes y mensajes a modo de puzle informativo que al unirse crea un mapa de la huerta, con lenguaje accesible utilizando una paleta de colores azules y verdes representativos del ya esquilmado entorno natural. Aramaki, responsable de la información sobre cultivos y sistemas de riego puntualiza que "Las acequias, yo creo, que son muy importantes que se conserven". "130 km de acequias cruzan Valencia" es el titular del periódico Levante-EMV del veintitrés de noviembre de hace dieciséis años. ¿Qué pasará cuando se pongan en marcha las impresionantes máquinas (rozadoras, tuneladoras, excavadoras)? ¿Por qué es tan irrevocable el negociazo del túnel pasante de Valencia que rajará la capital eviscerándola y abolirá L´Horta Nord? ¿Movimientos telúricos en el subsuelo? ¿Dónde irá el agua que discurre bajo el asfalto y aflora en perforaciones urbanas? "Navegar amb bot inflable pels túnels del metro de València" (www.ccma.cat), fue la noticia que levantó polvareda en esos despachos, de toda la vida, cuando dos jóvenes colgaron las imágenes en Internet en el verano de dos mil diecisiete. Un año antes el cine relató un robo bancario en Valencia con tramado corrupto político y escapatoria a través de la estación de metro inundada, con guion escrito por el asturiano Jorge Guerricaechevarría para la película Cien años de perdón.

Oliviero Ponte di Pino en su obra El que no lea este libro es un imbécil. Los misterios de la estupidez a través de 565 citas, escribe. "Adivinanza de Dadá: Si el arte pretende recuperar la vida, ¿debe convertirse necesariamente en idiota?".