Transcurridos seis meses desde la declaración del estado de alarma podemos constatar cómo la pandemia del covid 19 continúa golpeando con fuerza a las economías de todo el mundo. Pero en especial a la economía española. Sin lugar a dudas que las causas de esta especial vulnerabilidad mostrada por nuestro país son de muy diversa índole, pero bajo mi punto de vista la principal de ellas radicaría en la falta de capacidad estratégica de nuestros gobernantes en la gestión de la pandemia, tanto desde una perspectiva sanitaria como económica. Así tras una breve mejoría durante el periodo de confinamiento estricto, nuestro país vuelve a situarse a la cabeza en todo el mundo. Tanto en número de contagios como en número real de fallecimientos por habitante.

Los últimos datos que acabamos de conocer de evolución trimestral del PIB son ciertamente preocupantes especialmente en el caso de España. Así, nuestro país registra una caída entre los meses de marzo a junio del 18,5%, muy por encima de la caída media de la Unión Europea situada en el 11,8%. Y si hablamos en términos de empleo, los datos resultan todavía menos halagüeños al registrar nuestro país una pérdida de 1.500.000 trabajadores, lo que representa una caída del 7,5%, tasa tres veces superior a la caída media europea situada en el 2,5%.

Volviendo al análisis de las causas; muchas voces venían sosteniendo la tesis de que esta especial vulnerabilidad de nuestro país a los efectos de la pandemia, vendría determinada por los hábitos culturales y sociales propios de los españoles. Pero lo cierto es que estas tesis quedan rápidamente desmentidas si analizamos los datos de otro país con similares hábitos socioculturales como es el caso de Italia, donde la caída trimestral del PIB resulta claramente inferior a la de España (-10%). Por su parte otras voces lo achacaban a la excesiva dependencia del sector turístico en el PIB total, que en el caso de nuestro país representa el 14%. Pero estas tesis también quedarían rápidamente desmentidas si analizamos el caso de Grecia. Y es que resulta que el país heleno con un peso del sector turístico en el conjunto del PIB ostensiblemente superior al nuestro (20%), y con también similares hábitos socioculturales a españoles e italianos, ha registrado una caída del PIB del 14%, un 4,5% inferior a la registrada en España.

En cuanto a la evolución del empleo a corto plazo; sin lugar a dudas este factor quedará condicionado en primer lugar al control del Covid 19. Y es que una de las lecciones aprendidas de esta pandemia es la constatación de que salud y economía van de la mano. Pero por otra parte, también quedará condicionado a la adopción o no de medidas realmente efectivas, para lo que se requiere de un verdadero plan estratégico, donde la puesta en marcha de verdaderas políticas activas de empleo y de ayudas específicas al colectivo de Pymes y Autónomos deberían ser el eje prioritario.