"La Cultura no se ha visto como trabajo serio y somos gente seria" Yolanda y Max, profesores de teatro extraescolar, ella con su bebé en el regazo, acudieron a la manifestación organizada por M.U.T.E. (Movilización Unida de Trabajadores-trabajadoras- del Espectáculo), un llamamiento a nivel nacional denominado Alerta Roja. "Cambia de trabajo" le dicen al también cantante y actor musical Max que sulfurado apunta: "Se está confundiendo mucho la cosa, se está yendo de mano, siguen dando la culpa al ocio nocturno". Por su parte Yolanda, actualmente sin trabajo, rememora el momento de la hecatombe laboral: "Hacíamos un tributo a Tarantino (Kill Bill Bang Band) y se empezó a cancelar todo", un desastre in crescendo hasta la anulación de toda la gira por Andalucía, y especifica respecto a cualquier apoyo económico que sólo "Tienes ayudas por cargas familiares", pero "¡En algún punto tiene que parar la cosa!", temiendo por las generaciones infantiles "¡Que no les restrinjan la Cultura!". Ambos conocen a personas enfermas con COVID-19 "Dos que han estado jodidos" por lo que valoran en cada momento el cumplimiento de las reglas sanitarias. Pero, "Si trabajan los demás sectores, yo también quiero trabajar", no hay que olvidar que durante el confinamiento la música dulcificó la traumática situación general.

¿Por qué se estigmatizan sectores laborales?

"En la década de 1570 se construyeron en Inglaterra los primeros teatros. Existía un cuerpo de teatro popular, interpretado por actores profesionales que iban de un lugar a otro, con ocasión de alguna fiesta local, a menudo con dificultades, ya que la justicia los trataba normalmente como bribones y vagabundos. Durante unos cuarenta años (luego entrarían en decadencia debido al cierre de todos ellos decretado por los puritanos de la década de 1640) se produjo un notable crecimiento cultural", informa un capítulo introductorio de la obra de Raymond Williams: Los medios de comunicación social, donde el autor galés revela "cómo la opinión pública puede ser formada y, naturalmente, deformada por una técnica hábil al servicio de unos intereses determinados".

¿Hay horizonte cultural más allá de la gestión institucionalizada en época de recesión?

"Soy técnico de sonido, creo que se está estropeando todo, ¡es increíble!", declara el también cantante Juanjo, respecto al curso de las cosas en Radio Televisión Española, "Va a menos, se están descuidando muchísimo en lo técnico y les da igual, no se están cubriendo bajas, somos tres y el ritmo de trabajo es espectacular".

¿Para cuándo unos protocolos que posibiliten la supervivencia a las más de setecientas mil personas trabajadoras del ámbito cultural y más de ciento treinta mil empresas? ¿Se alimentan nuevos oligopolios culturales? ¿Subsistirán las vías presenciales? ¿Ya se ha consolidado como único recurso profesional el consumo digital? ¿ value gap (diferencia entre las ganancias de las plataformas telemáticas y las de creadores y creadoras) como fórmula irrevocable ?

"Lo que pasa es que no pasa nada" apunta Teresa una pianista clásica que junto a Araceli otra pianista tocan en directo, ambas aludiendo al estado de los negocios que programan actuaciones determinan que están "Jodidos, cerrados", ya que la "No venta de alcohol eso les ha partido a los locales y, si ellos no ganan dinero, no te van a contratar". Alicia, cantante de tangos, ratifica el comentario afirmando que "Todo esto repercute", y solicita "Ayudas económicas y espacios" coberturas que "Brillan por su ausencia".

Al final ¿qué quedará a flote? ¿Es posible el turismo como fuente de ingreso nacional sin alicientes culturales, sin ocio, sin naturaleza, sin gastronomía? ¿Es posible España, hoy en día, sin turismo?

"¿Y nuestro plan de rescate? Ocio nocturno=Turismo. ¡Queremos trabajo!". "El sector con mayores restricciones y cerrados. Ampliación de los ERTE (Expediente de Regulación de Empleo Temporal) hasta finales de 2021". "Ocio reglado es seguro. ¡Reapertura ya!". "Salvemos el clubbing (discotecas) en la Comunidad Valenciana". "Djs y productores (productoras) somos cultura". "Ayudas al alquiler de locales". "Salvemos los pubs". "Ocio regulado sí, botellones no". Numerosas pancartas ante la fachada de la Diputación de Valencia y el Palau de la Generalitat reflejaban la doliente actualidad del colectivo del ocio nocturno que se manifestó ordenadamente tras "130 días cerrado". Diego de Radio Tránsito presente en la cita y provisto con la pertinente mascarilla roja y lema estampado de "salvemos la hostelería", concretaba: "Fuimos los primeros en cerrar y ahora seis semanas castigados". En palabras de Luis Martín, presidente de la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunitat Valenciana (CET-CV): "Somos una hostelería envidiada, el sector que más felicidad vende en este país, necesitamos que nos ayuden no que nos demonicen. Por favor ¡aguantad!". Zigor Aldama, corresponsal bilbaíno en Asia, en un artículo para El Confidencial fechado el ocho de septiembre de este año escribe: "Junto con la de Vietnam, la de China es la única economía que ya crece", ¿?.

"Que se pueda trabajar, que no se criminalice el sector, trabajar en condiciones sanitarias adecuadas" demanda Jordi un joven bajista de veintitrés años junto a El Parterre (Plaza de Alfonso el Magnánimo) mientras aguarda el inicio de la manifestación y en formación estricta con distancia sanitaria reglamentaria e indumentaria negra como el resto de participantes. También alineado Manuel, cantante y propietario de la orquesta Twin´s Group, desplazado desde Burriana ya que en Castellón no se lleva a cabo la marcha, afirma: "Necesitamos trabajar ¡ya!".

"En una escuela estaba como falsa autónoma en otra con un contrato por obra y servicio" hace saber Marta de su periplo laboral en Madrid; "Salimos huyendo de allí" comenta Ivan, su acompañante; actriz, bailarina, profesora de interpretación y de baile, esta joven de veintisiete años, exige "Que den algún tipo de solución, en el tren o avión estamos hacinados y el teatro al treinta por ciento", la también cineasta vive en ascuas con respecto un rodaje programado para finales de octubre, "No sé qué va a ocurrir, es mi primer corto".

"Que nos hagan un trato justo al sector del espectáculo, creemos que se puede trabajar de forma segura, ¡sí que se puede hacer!" son las palabras de Natalia (Natali McPears) que forma dúo con el guitarrista Alberto Sánchez y desde marzo no trabajan, en tanto que "Los aviones van llenos y los trenes van llenos (y autobuses y metros)", "Estoy muy enfadada ¡nos han dejado tirados (tiradas)! pero es que no veo el final del camino".

"En todas las crisis sea quien sea (la) el que está en el poder, el sector cultural siempre es el último en la escala, hay que valorarlo y hay que defenderlo" dictamina Lorena sujetando su bici mientras contempla el desfile de artistas y personal técnico que reclama calladamente su trabajo, una dedicación donde "Racanean sueldos"; esta joven de treinta y dos años, bailarina de flamenco y profesora de Lindy Hop, se solidariza plenamente con las demandas ya que "Hay mucha gente que come de esto y se está muriendo de hambre".

"Reivindicamos los festivales, el público es feliz cuando estamos ahí" son palabras de Lourdes perteneciente a un grupo de rock y bailarina de Funtastic (Benidorm), declarando su deseo de "Revivir Valencia, lo que era Valencia" con go gos, música, espectáculo.

El silencio es la pauta del fúnebre desfile por la Cultura donde tan solo aplausos concertados rompen el solemne ambiente.

"Participamos varias asociaciones, yo soy de AGE (Asociación General de Espectáculos), esta manifestación está por toda España" dice Charlotte cantante de la orquesta valenciana Fibra, de veinticuatro años, que añade: "Cualquier persona del mundo del espectáculo somos fijos discontinuos".

"Estamos metidos todos (todas) en el mismo hoyo, la movilización la iniciaron (las) los técnicos" indica la cantante inglesa criada en España Kelly Lee, perteneciente a la banda Black Glitter, remarcando el olvido sufrido por la profesión en la situación actual y el hecho de que hay "Muchas familias que no pueden ni comer"; ella, al igual que el resto de participantes, camina hacia la concentración final a espaldas del Ayuntamiento, en rigurosa distancia sanitaria y con mascarilla.

La biografía del músico John Lennon publicada por Ediciones Rueda apunta: "Antes de The Beatles, los músicos eran sencillamente músicos; desde entonces, son algo más; personajes públicos a los que se reclama para que apoyen mil y una causas. Los políticos se disputan su apoyo para las campañas, y los jóvenes los toman como modelos, cuando no como héroes". ¿Quién desestima ese poder?

Antonio Pérez Collado escritor conquense en las ondas refirió: "Como las gallinas: a la que tiene sangre, las demás se la meriendan". Puntualizar que la Cultura jamás ha de ser gallina sanguinolenta.