En nuestra Comunidad, una jueza obliga a un menor a ver a su padre condenado por maltrato a su madre. Muchas mujeres juristas o no están expresando su preocupación ante esta decisión.

El padre había pateado el cuerpo de este niño cuando estaba creciendo en el seno de su madre. Ese fue el primer contacto, al menos datado, de su padre biológico, porque ser padre es algo mas. Y también cada vez se conoce mas sobre la vida intrauterina y es la de un ser con sensaciones y recuerdos, huellas que también influyen en su vida. Pregunten a las madres de alquiler.

Y ahí tenemos el mundo del Derecho, el contenido de los cuerpos legales, el de la jurisprudencia consecuencia de lo que se legisla y enseña, de lo que se aprende. Y ahí esta la ideología que entra en juego en la interpretación.

¿Cuanto tiempo se ha tardado en legislar sobre los derechos de las mujeres? ¿Cuando se nos considera verdaderas ciudadanas? ¿Cuándo se pensó que no bastaba la Constitución para hacer de las mujeres ciudadanas? Hasta 2004 no se aprobó la ley contra la violencia de género, y hasta 2007 la L.O. de igualdad de mujeres y hombres que desarrolla los derechos de las mujeres como ciudadanas.

¿Cuándo empiezan a formar parte del ejercicio profesional de la abogacía, judicatura, fiscalía? ¿Cuándo se explica el derecho a la igualdad de las mujeres o, lo que es equivalente, la igualdad con perspectiva de género en nuestras facultades? No solo importa a las mujeres que nos preocupamos de aprenderlos y explicarlos. También los hombres tienen derecho a conocer el significado real de los valores constitucionales, entre los que figura la igualdad, que son hilo conductor de cualquier articulo constitucional y de toda la legislación de nuestro Estado Democrático. Claro que existen contradicciones entre las leyes, también lagunas, pero para eso esta la interpretación jurídica.

Aún no hemos encontrado la solución eficaz para garantizar el derecho a la vida, en todo su contenido, de las mujeres. Tampoco, desgraciadamente en aumento, al hecho de que la violencia, el deseo de maltratar a las mujeres, se extienda a todo cuanto a la mujer le importa. El «donde más te duela» es mas fuerte que cualquier otro sentimiento que se piense pueda formar parte de lo que se considera «normal» en una persona. Como estamos cansadas de repetir un maltratador no puede ser un buen padre, como no se puede ser honrado o buen hombre a ratos.

También viene al caso la imprescindible reflexión del mal menor al hilo de la confluencia de derechos, como parece se puede dar en este caso: derecho de visitas del padre frente al derecho del hijo a no ser violentado. ¿Que opina el niño, en este caso lo es, de ese largo viaje que va a tener que hacer cada 15 días, con el abuelo-padre del condenado por maltrato a su madre? ¿justifica el padre-abuelo la conducta de su hijo o piensa que se merece lo que le pasa? ¿ve a su hijo como una víctima?

La decisión la ha tomado una jueza, una mujer. Pienso que el sexo de la persona que juzga si se puede o no visitar a un maltratador, no debería tener relevancia. La sociedad por lo general atribuye estereotipos a los sexos. Y sería excesivo entrar en ello ahora. Baste saber que estuvimos excluidas de determinadas profesiones jurídicas, la ser ser jueza entre otras, hasta 1965. Eso no obsta, ni influye el sexo, para que nos preguntemos si la jueza ha sido consciente de la responsabilidad que adquiere con su decisión . ¿Ha ponderado la primacía de los valores en juego, de que bien jurídico es el que debe ser protegido? ¿Cuándo se le ha despertado al padre el sentimiento hacia su hijo? Entrar en esta reflexión es la misión de quienes ejercen la importantísima función de decidir sobre los derechos de las personas. Si no fuese asi bastarían los ordenadores.

Ha habido ejemplos dolorosos y ya irremediables de lo que puede ocurrir cuando no se tiene en cuenta que el padre es un maltratador. El Estado español fue condenado a indemnizar a una madre por el asesinato de su hija a manos de su padre. Ella se oponía a este «derecho de visita» del padre maltratador. Fue obligada por la judicatura. En nuestra Comunidad, desgraciadamente, sabemos de lo que hablamos. Son decisiones importantes, mas que el repentino afecto de un padre, mas que un abstracto derecho de visita.

Es un supuesto real, esta pasando en nuestra Comunidad. Levante-EMV del sábado relata los hechos. El viernes nos concentrábamos en la Comunitat Valenciana por el último asesinato de una mujer. Da que pensar ¿no?