Reconocer que España está atravesando uno de los momentos más seriamente graves de nuestra historia, es el primer paso, me parece, para poder reaccionar en la búsqueda de las soluciones, para salir de esta dramática situación, que es el agobio de los problemas.

Y es que las razones que nos indican los datos de la pandemia y de nuestra economia, son los que nos vienen a indicar el peor escenario que hemos tenido en nuestra historia , quizá sin ninguna duda, además, el peor de todos los países de la Unión Europea.

Precisamente por ello, el conjunto de nuestro sistema democrático, debería orientarse fundamentalmente hacia la defensa de los intereses generales, ya que la ausencia de ese interés, está haciendo posible la falta de respeto hacia las instituciones, incluso entre las mismas formaciones políticas, cuyos líderes deberían ser los primeros en liderar la superación del desconcierto vivido por la sociedad española, desde el inicio de la pandemia, practicando el entendimiento y la controversia política, a pesar de la diferencias entre el Gobierno y la oposición, en lugar de mantener la estrategia de la confrontación y el derribo que desde el PP y VOX fundamentalmente, mantienen pese al fracaso de la ultraderecha, en sus intentos.

El interés partidista más que el bien de los españoles , es lo que parece motivar el pulso o más bien la guerra que la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, está manteniendo contra el Gobierno del país. Después de meses de negligente gestión y del la obstaculización política contra y legal de esta señora, frente a las medidas contra el virus, ya se desmarcan sus socios de gobierno, de Cs, que incluso ya se plantean una moción de censura , así como entre ciertas baronías y Comunidades autónomas regidas por el PP, están configurando la cúspide de una polarización política, preñada de muy malas intenciones, más que de buenas, para evitar las nefastas consecuencias para la salud de los madrileño, y para el clima político a escala nacional.

Pero desgraciadamente , la lucha contra la pandemia, no es el único terreno donde se constata un déficit de limpieza democrática. Precisamente hace unos días, la Comisión Europea ha señalado con claridad otro de los grandes problemas centrales de nuestra estructura institucional: LA POLITIZACIÓN DE LA JUSTICIA.

Que nos hayan tenido que llamar la atención por la parálisis que hay en la necesaria renovación del Consejo General del Poder Judicial, bloqueada por el PP, al igual que otros importantes órganos , sin ninguna justificación válida, claman JUSTICIA con mayúsculas.

Pero también ha venido a complicar en esta cuestión, la inquietante sensación de falta de independencia de la Fiscalía respecto al Gobierno, que no ha ayudado a la credibilidad de la institución , la decisión del Gobierno de nombrar como fiscal jefe a la Ministra de Justicia saliente.

Lo urgente es que se tomen definitivamente las medidas, que desbloqueen la actitud del PP que impiden hoy la renovación de los órganos de justicia , no solo porque hace dos años que se debían haber renovado, sino porque es una vergüenza el no haberlo hecho, por la poca vergüenza del PP y de otros grupos parlamentarios.

Los problemas derivados de la Justicia son los que son, pero por ello no deben complicarse más de lo que son . Porque la manipulación que se ha hecho de la información que se hizo desde la Moncloa a la casa Real, acerca del clima de tensión en Cataluña, ante la inhabilitación del Presidente Torra y que se presentase como una prohibición de Pedro Sanchez al Rey para que no fuese a un acto de la magistratura , es una acusación gratuita al Presidente del Gobierno, que solo cumplió con su obligación: la de informar del clima de tensión en Cataluña al jefe del Estado Felipe VI. Pero tampoco fue muy apropiado que el Presidente del Poder Judicial , Carlos Lesmes, que se tomase la libertad de violar la llamada cordial que le hizo el Rey , que en un llamada le dijo que le hubiera gustado asistir. Hechos que sirvieron a representantes de Unidas - Podemos en el Gobierno, para lanzar una imprudente e injusta  acusación de imparcialidad al jefe del Estado. Ya quisiéramos los españoles, que la imparcialidad y la prudencia del Jefe del Estado la practicasen algunos líderes de los partidos políticos, e incluso los ministros de Unidas-Podemos , por mayor razón.

Y de toda esta historia, solo se ha mostrado el lamentable panorama que tenemos en nuestro país, que solo está sirviendo para ensuciar nuestra democracia.

Otros problemas en materia de Justicia causan preocupación. Por los tiempos y los modos en los que se ha impulsado la tramitación de los indultos a los políticos catalanes condenados por el más grave de todos los episodios de deslealtad a la Constitución de las últimas décadas, o de la reforma del Código Penal, que transmiten la sensación de que estos forman parte de un "Trueque" para lograr unos Presupuestos que el país necesita desesperadamente.

Yo ya manifesté en un reciente artículo, que no hay "Trueque", porque la cuestión catalana exige una respuesta política y tiempo, mientras que la aprobación de los Presupuestos es un asunto esencial y urgente, por eso no se pueden mezclar la dos cosas, como hacen los Casado y Abascal, y eso resulta cuanto menos muy peligroso.

Con todos estos problemas, hay espacio para la esperanza, porque al principio de la pandemia hubo momentos de UNIDAD política con un amplio apoyo al Estado de Alarma.Y las experiencias demuestran que pese a la tozuda de Ayuso, el sentido de la responsabilidad esta recuperándose.

Por otro lado las negociaciones entre empresarios y sindicatos, con la presencia de la Ministra de Trabajo , han logrado importantes acuerdos. Y esta semana pasada, la Comunidad de Castilla y León, regida por el PP, rompió el esquema partidario y voto a favor de las medidas para frenar el coronavirus, planteada por el Consejo Interterritorial de Salud. 

Y estas son las actitudes que España necesita y la mayoría de españoles esperamos. Por supuesto que el grado de responsabilidades puede ir de menos a más, pero en su conjunto la clase dirigente política debe de hacer un esfuerzo, para lograr la materialización de la UNIDAD para lograr las soluciones que necesitamos y los españoles esperamos.

Porque los graves momentos por los que atravesamos, solo podrán superarse desde la lealtad institucional y la anteposición del bien común al interés partidista.

Hace falta valentía, claridad política y sentido de Estado, de quienes configuran la Soberanía Nacional, precisamente lo que no tienen ni el PP ni VOX con sus actuales Presidentes Pablo Casado y Santiago Abascal, y otros como Ciudadanos que tendrían que dejar de moverse entre dos aguas, para iniciar decididamente su disposición a participar y apoyar la aprobación de los Presupuestos por un lado, pero por otro, a no participar en el bloqueo que el PP y VOX mantienen ante el relevo necesario y legal de las instituciones de justicia.

Yo creo que Ines Arrimadas no se lo debería pensar mucho más, Cs tendría que liderar la moción de Censura contra la Presidenta de la Comunidad , y de no seguir apoyando los gobiernos en Andalucía y Madrid, con lo más impresentable que políticamente tenemos en este país, Pablo Casado y Santiago Abascal, que son la derecha pura y dura.

No lo dude Señora Arrimadas, porque hoy mantener esas dualidades, que la sitúan entre dos aguas , la pueden jugar un ahogo político, más pronto de lo que usted se imagina .

El PSOE va a preguntar al Gobierno en el Senado, sobre los nombramientos de los Presidentes de los Tribunales de Justicia. Además defenderá una moción, instando al Senado a que decrete la necesidad del cumplimiento de los mandatos constitucionales y el cese de la obstrucción en la renovación del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial.

La solución es tarea de todos, pero quien no la quiera ... YA LA PAGARÁ.

Así lo creo, y así lo digo.