En este siglo XXI existen propuestas en diferentes partes del mundo, sobre el desarrollo de una educación basada en valores éticos interculturales a través de las TIC. Lo expresado debido a que en la actualidad nos encontramos inmersos en una sociedad mundial dentro de la que se gestan una serie de implementaciones tecnológicas que nos convierten en “ciudadanos.com”.

De esta manera el Ágora socrática desde el punto de vista de la filosofía clásica, ha migrado a los escenarios virtuales más allá de nuestras diferencias políticas, sociales, económicas y religiosas en una amalgama que conjuga una diversidad intercultural de variopintas voluntades que hoy se perciben digitalizadas en el ciber-espacio.

Así el reto que debemos enfrentar desde la lente de la dialéctica y ética del discurso, es el hecho de poder develar la (verdad y falsedad) que se esconde detrás de una serie de informaciones y comunicaciones en la Red que no generan conocimiento crítico, sino más bien una acumulación de datos sin análisis dialógico deliberativo.

Porque las Tecnologías de la Información y Comunicación como herramientas mediadoras de la llamada “educación virtual”, presentan grandes sesgos que deben ser visibilizados para alcanzar parte de la verdad que se encuentra detrás de la mal denominada “Era de la pos-verdad” que constituye este tiempo donde reina la mentira digital.

La falsedad en Internet ha sido masificada si la analizamos desde el punto de vista de la hermenéutica crítica que nos impele a todos más allá de nuestras diferencias de pensamiento a analizar la vorágine de datos carentes de contenido ético en la Web, misma que tiene sumida a una parte de la sociedad mundial en la confusión entre lo que es cierto y lo que no.

Tenemos la obligación como ciudadanos cosmopolitas siguiendo los postulados de la filósofa Adela Cortina de lograr articular un discurso integrador y lúcido, el cual se re-construya al utilizar las TIC como herramientas al servicio del ser humano y no en su contra, especialmente cuando los datos algorítmicos se utilizan para conformar los nuevos modelos de educación intercultural en gran parte del mundo.

El nuevo espacio virtual es la zona donde se gestionan los flujos del Big Data, aunque este no sea sinónimo de conocimiento crítico-reflexivo, más allá de lo que se pueda discrepar al respecto. Por ello debemos aprender a desaprender en el sentido de no asumir que todo tipo de información y comunicación que circula en la Web, es de origen fidedigno o se encuentra orientado a educar en humanidad.

En la actualidad nos encontramos ante una serie de páginas que solo alientan la crítica destructiva, la violencia, la discriminación, la aporofobia, la misoginia e incluso la enajenación mental que se retroalimenta por si misma, cuando no se devela la verdadera intención que se encuentra inmersa en las diversas proyecciones del desarrollo humano en sociedad.

De esta forma es necesaria la denuncia ante las noticias falsas o fake news que circulan en la Red como informaciones que pretenden deslegitimar a una o más personas, ya sea por cuestiones de índole político, económico, social, religioso, cultural o de género, además de combatir dialógicamente y censurar normativamente estos ámbitos donde impera el algoritmo que ha sido programado amoralmente, logrando contrarrestar la ausencia de rigor ético universal desde una ciber-educación cosmopolita en clave ética.

En virtud de lo señalado tenemos como “ciudadanos.com” que enseñar a las nuevas generaciones a reflexionar de formas más humanas que posibiliten la deliberación y tolerancia ante la diversidad de pensamientos y criterios, asumiendo la realidad intercultural que nos convierte en diferentes e iguales a la vez.

En consecuencia en esta Era de la postmodernidad y en momentos donde la sociedad mundial debe ser más crítica, reflexiva y deliberativa. Porque debemos buscar construir puentes de entendimiento político y discursivo orientados al bien común, sin apelar a la demagogia y el clientelismo de viejo y nuevo cuño en favor de la enseñanza virtual en estos tiempos de Covid-19.