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Esmeralda Marugán

Con emoción y sin censura

Con emoción y sin censura

   Sí, hoy quiero juntar letras que sean imágenes, y en grande, y no es que grite, es que deseo y quiero hablar de películas. Soy una clásica, películas en el cine.

Primero me gustaría responderme a lo de "deseo", y es que, según la RAE, es "aspirar con vehemencia al disfrute de algo”.

¿Y querer? Verbo que proviene del latín quaerére, y que significa -tratar de obtener-.

Voy a intentar pasear ambas palabras por la alfombra. ¿Roja o verde? Yo la quiero, y la deseo: violeta. 

A lo largo de mi vida ese color ha variado sus connotaciones, y es mi intento de aprender a estar bien conmigo misma, es feminista. Pero estoy cargada de contradicciones, y de cultura patriarcal incrustada en vena. 

También me supera que sea un cajón desastre que acoja todo lo que no asumen "los importantes".

 Convertir la historia del feminismo en "una María", como eran aquellas asignaturas que se estudiaban de relleno, es, además de injusto, lo más lejano a lo real, y una traición a la memoria de las pioneras. 

Consciente de que soy MUJER (nací mujer), y de que por serlo mi vida ha sido, y es, de una determinada manera. No reivindico "discriminación en positivo", sino coherencia, legisladores/as, y jueces y juezas con formación en el genocidio que sigue sin final, y que nos afecta a las mujeres, por el hecho de serlo. Y por supuesto repercute y rompe siempre a sus hijos, como parte de esa extensión, que gracias a Sonia Vaccaro tiene nombre propio: “violencia vicaria". Porque las palabras, sí importan.

 Es una lástima que algunos señores de la RAE no vieran las películas de Brian Percival, "La Ladrona de Libros", o "La librería”, de Isabel Coixet, o tal vez sea lo contrario, que lo saben, y tienen miedo, porque son PODEROSAS, por eso apuestan por "el masculino". Es decir, por ellos. Aunque no sea lo correcto, seguiré con todos y todas.

Es cierto que, en la evolución, hoy suena políticamente incorrecto aquello de "mi marido me pega lo normal". Titulo del libro del forense Miguel Lorente que, en su momento, sí removió conciencias. 

Pero algunos se apuntan al 8M como si fuese el photocall de un festival y en el ruedo de cada día, las asesinadas son mujeres, y continúan hijos e hijas "arrancados-as" de sus madres, y en manos de maltratadores y pederastas.

¿Por qué?

¿Qué beneficios produce castigar a las mujeres que hablan por defender a sus hijos?

¿Qué grado de perversión padecen aquellos que no castigan a los agresores, los que aplican la cruel ¨terapia de la amenaza¨, y permiten, e incluso incitan al maltrato, y miran para otro lado hacia el abuso sexual infantil y adolescente?

 Es más rentable basarse en un síndrome inexistente creado por un pederasta, o los sucedáneos que están empezando a inventarse, para no ver lo que ocurre en muchas "familias".

¿Será que los niños y niñas no votan?

¿Será que la justicia, de tanto hincar codos durante la oposición, perdieron el olfato de la verdad?

¿Será que les pasó a esos equipos psicosociales lo mismo y no quieren que acabe el circulo?

Será...

En la gran pantalla hay ejemplos que se quedaron en mi sistema límbico como "Las Normas de La Casa de La Sidra" nombre que dieron en España a una de mis películas preferidas (The Cider House Rules en EEUU) del director Lassen Hallströn con - 5 nominaciones y 2 Oscars- por ser buen guion adaptado del bestseller de John Irving titulado en España como “Príncipes de Maine, Reyes de Nueva Inglaterra”, y por el grandísimo intérprete Michel Cain, como actor de reparto. Ninguna otra refleja tantas "cosas" de las que importan juntas, incluido al padre violador, a la infancia rota, al amor en guerra, a las victorias de mentira, a la vida vivida e interrumpida.

Infancia e injusticia, vaya mi solidaridad con María Sevilla, y con todas las madres como ella, y busco, en lo que aún me queda de fe, para pedirle a Dios que exista, y si el sistema judicial no ve, él haga algún milagro. 

No quiero "brazos" incorruptos a los que adorar, y sí urgente protección para los y las menores, porque son los ángeles que estos seres sádicos, y despiadados, maltratan. 

Algunos de mi oficio deberían escuchar los consejos del señor Trump, y hacer gárgaras generosamente con legía antes de hablar de ellas, de nosotras, de todas.

Estamos entre dos festivales de Cine internacionales, 17 años el de Alicante, 65 el de Valladolid.

 Por diferentes razones, y sin estar limpia de "polvo y paja", los espero año a año como oxígeno para vivir. Por la singularidad del actual, termina el primero y comienza el maestro... Y la sección social acaba con ¨UnblockCuba¨, que, para Sergio Gregori, su director, representa "un antes y un después" en su carrera, con la puesta de largo nacional de un documental que, de alguna u otra forma, le ha perseguido a lo largo de los últimos cinco años, ante la oportunidad de estrenar en su tierra con 23 años.

Y seguido "Mujeres de Cristal". Cada una de sus protagonistas, incluso las que fingen ser otras, tendría un thriller propio, y seguramente las mujeres que la vean también. Lugares comunes, soledades compartidas, y callejones sin salida. En cada caso los tacones no son lejanos, y las heridas son propias, y el CINE con mayúsculas, que nos lleva al 28 de diciembre de 1895, y a Paris, sin dejar de ser el Séptimo Arte, es el reflejo de la vida.

Valentía, esperanza, miedo, rencores, grandezas, y hasta su perdón, demostrando su valor, por encima de los méritos técnicos, porque es lo que se ve, y lo que no, lo que hace que sean "Mujeres de Cristal". Aunque no sea la mejor película española son "mis santas" y mis "inocentes". Buena sí es la de Mario Camus. Y de ciencia ficción los que han pretendido un cambio de gobierno por "moción y con censura". 

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