En tiempo de pandemia es posible una reducción del canon de saneamiento para apoyar la economía social de hogares y pequeñas empresas, sin restarle capacidad a la Entidad Pública de Saneamiento (Epsar) para hacer frente a las necesarias inversiones en mejora de la calidad del medio ambiente.

El canon de saneamiento generará en 2021 un resultado positivo (beneficio) para la Epsar de 62,1 millones de euros, según la propuesta de presupuesto presentado a Les Corts Valencianes. Paradójicamente, este enriquecimiento se nutrirá del recibo doméstico del agua que abonan unos bolsillos empobrecidos y de una maltrecha economía asolada por el devastador azote de la crisis sanitaria.

Epsar es una entidad saneada que no precisa obtener beneficios para hacer frente a su funcionamiento ordinario, ni para atender su deuda o soportar las inversiones en obra nueva que tiene contratada. Es más, su situación económico/financiera es más que envidiable si se compara con el resto del sector público de la Generalitat. A finales de 2021 dispondrá de una tesorería (liquidez) de 183 millones de euros y su deuda está totalmente controlada, en los últimos cinco años se ha reducido en 400 millones de euros.

Este panorama contrasta fuertemente con un 27 % de la población valenciana sumida en riesgo de pobreza, de la que el 10,4 % está en situación de pobreza extrema, según indica el último informe hecho público por EAPN (European Anti-poverty Network), con un más que probable incremento de 80.000 nuevos pobres por la covid-19, según pronostica Oxfam. El tejido empresarial valenciano tampoco es ajeno a esta crisis, en la que autónomos y pequeñas empresas han sido los peor parados por su elevada dependencia del sector servicios, básicamente turismo y hostelería. La ocupación ha caído fuertemente, un 3,6 % en tasa anual, según la última encuesta de la EPA publicada, y las previsiones para 2021 no son nada halagüeñas una vez desaparezcan las ayudas públicas y los ERTE que han permitido mantener abiertos muchos negocios hasta ahora.

El canon de saneamiento es un tributo creado por la Generalitat que se debe guiar por el principio básico de la proporcionalidad, de manera que la cuota que se establezca garantice unos ingresos suficientes para asegurar el sostenimiento de los gastos de saneamiento y depuración derivados del tratamiento de las aguas residuales sin generar excedentes impropios para una entidad pública que no debe regirse por el afán de lucro. Sin olvidar que la asequibilidad del recibo del agua es uno de los principios exigidos por Naciones Unidas para garantizar el cumplimiento del derecho humano al agua.

La tarifa del canon de saneamiento para 2021 todavía está a tiempo de ser revisada durante el proceso de tramitación de los presupuestos en las Corts. Una reducción de la cuota del entorno del 5 % permitiría alcanzar los objetivos marcados por la entidad, manteniendo el equilibrio en el presupuesto entre ingresos y gastos, y además contribuiría a aliviar los costes sociales que está dejando la crisis sanitaria. Es una cuestión de racionalidad, equidad y justicia económica alcanzar un acuerdo mayoritario en beneficio de los intereses de todos los valencianos tras su discusión en la alta cámara.