Sabemos que ya está en fiscalía el contenido del chat de los militares endemoniados que han manchado descaradamente el uniforme que portaban hasta hace bien poco. Algunos de ellos han sido destacados oficiales generales. Más ‘samba’ aún para el asunto. Parece que son los mismos que enviaron la carta al rey, advirtiendo del peligro que corría España con un gobierno social-comunista. ¡Qué dechados de moralidad! ¡Qué ultra demócratas! Al parecer, solo les gusta un gobierno si es de derechas o ultraderecha. Bien podrían haber colgado el uniforme o haber rechazado su paga mensual si no querían realizar servicio con un gobierno de PSOE-Podemos con el apoyo mayoritario de otros partidos políticos. Algunos ponen en duda la legitimidad de este Gobierno porque ha pactado con Bildu y con ERC. Deberían conocer más y mejor nuestro sistema de representación y de legitimidad democrática. Si no les gusta, les propongo cambiarlo si es que les parece fácil. A mi no me termina de gustar, pero no por ello diré cosas inciertas. Ven legítimo que el PP pacte con Vox pero no en cambio que el PSOE lo haga con Podemos, o con quien le parezca. Qué extraña forma de entender la democracia representativa. Qué intolerancia, diría yo. Qué falta de criterio. A mi me parece horroroso que PP se haya cogido de la mano de la extrema derecha para gobernar, con todo lo que ello conlleva, pero nunca me atrevería a decir que no es legítimo. Yo le pongo otros adjetivos, como odioso, indecente, innecesario, y un largo etcétera, pero no ilegítimo, porque sencillamente no lo es.

Escucho y leo a sus ‘abogados defensores’ que esos militares están «amparados por la libertad de expresión» y sí, lo es, ese sagrado derecho les ampara, el mismo que me ampara a mi para decir que son vomitivos, que sus expresiones son inaceptables para personas que han vestido tan honroso uniforme. Y sí, flaco favor le hacen a la monarquía y a la imagen de los militares y Guardia Civil que tanto y tanto costó de renovar para que se les viera una herramienta útil y no como cuerpos represivos. Libertad de expresión por cierto que tanto costó conseguir, para que ellos incluso puedan ejercerla, para que quienes suponemos que los representan en el Congreso puedan estar sentados allí.

El contenido del chat es, como digo, simple y llanamente inadmisible, y ni los excusa que sean jubilados. O que sean unos pocos. Lo que sí que han demostrado ser, a parte de unos rancios, es de una cultura democrática más que deficiente. Expresar la voluntad de querer fusilar a más de 26 millones de conciudadanos «incluyendo a niños» lo dice todo. Poco más que añadir.

Con este tipo de amenazas no se juega. Ojo, nos pesa mucho todo lo que ha pasado en este país. No son nostálgicos, son de la ultraderecha. Alentados por la ultraderecha. Nos ha costado mucho sufrimiento y muchas muertes. Coquetear con fusilamientos o golpes militares, o decir que son «nuestra gente» no es un asunto banal de «cuatro viejos alocados». Eran generales con una relevancia absoluta en la cúpula militar. Poca broma.

La defensa de la democracia compete a todos. Todos deberían haber señalado claramente a estos indeseables. Todos sin excepción. Me pregunto si tampoco es una torpeza por las personas que regentan y gestionan la Casa Real el no haber enviado un mensaje claro y conciso al respecto. El rey hasta hace nada ha sido su gran jefe. El monarca tardó menos que poco en lanzar un mensaje a todos los españoles con motivo del conflicto catalán después del 1-O. Para este asunto aún se le espera. Y aún está a tiempo. Quizás le deberían dar una vuelta al tema, darle una pensada y actuar.

He podido leer también en redes sociales a aquellos que de una forma u otra los intentan justificar o intentan restar importancia a los hechos. ¿Es casualidad, o me parece a mi, que todos son también bastante ultra conservadores, rancios y pasados de rosca?

Si yo me hubiese pasado los últimos meses en misiones internacionales de paz, vistiendo uniforme y realizando tareas de salvamento, o de servicios humanitarios, estaría ahora mismo maldiciendo a esos generales que parece ser que solo tienen un peso moral encima, el de las medallas seguramente mal ganadas. De pena. Han tardado mucho en jubilarse. Como cuarenta años. Demasiado.