Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible’ representa el compromiso internacional para hacer frente a los retos sociales, económicos y medioambientales de la globalización. El documento, impulsado por Naciones Unidas, pretende avanzar hacia sociedades con un crecimiento económico inclusivo y mayor cohesión y justicia social, en paz y con un horizonte medioambiental sostenible mediante la puesta en marcha de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible conocidos como los ODS.

El ODS 16 se compromete a promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles. Este objetivo incorpora 12 metas organizadas en torno a dos grandes cuestiones: la reducción de la violencia en todas sus formas y en todas partes; y una agenda de buen gobierno que se traduzca en una promoción del Estado de Derecho y el acceso igualitario a la justicia, eficacia, transparencia, etcétera, lo que entendemos por lucha contra la corrupción.

Que estos dos grandes ámbitos aparezcan vinculados en el mismo ODS representa el reconocimiento expreso de la relación que existe entre sociedades pacíficas y sistemas de gobierno legítimos y respetuosos con los derechos humanos (DD HH). Implica reconocer que sin paz, sin estabilidad, sin respeto a los DD HH y sin una gobernabilidad efectiva basada en el Estado de Derecho, no es posible alcanzar el desarrollo sostenible. Esta es una de las novedades más importantes que aporta la Agenda 2030: el fortalecimiento del Estado de Derecho y la promoción de los DD HH, constituyendo la cuarta dimensión del desarrollo sostenible, que resulta equiparable a los otros tres retos, sociales, económicos y medioambientales mencionados antes.

El ODS 16 trata de reducir sustancialmente todas las formas de violencia y trabajar con los gobiernos y las comunidades para encontrar soluciones duraderas a los conflictos. La violencia sexual, la trata de personas, el maltrato o la explotación infantil, la reducción significativa de las corrientes financieras y de armas ilícitas, así como la lucha contra todas las formas de delincuencia organizada son cuestiones esenciales que se deben eliminar para construir sociedades pacíficas e inclusivas.

Por otra parte, es necesario reducir sustancialmente la corrupción y el soborno en todas sus formas y crear instituciones eficaces, responsables y transparentes a todos los niveles, así como garantizar el acceso público a la información, una mayor transparencia, incrementar la participación ciudadana en las decisiones públicas y la exigencia de una rendición de cuentas por parte de las Administraciones Públicas. Para ello, es necesario fortalecer las instituciones nacionales pertinentes y promover y aplicar leyes y políticas no discriminatorias en favor del desarrollo sostenible.

La corrupción, el soborno, el robo y el fraude fiscal cuestan alrededor de 1,26 billones de dólares anuales para los países en desarrollo, lo que supone un importante coste social para los Estados. Naciones Unidas, en la Asamblea General del 31 de diciembre de 2003, acordó declarar el 9 de diciembre como Día Internacional contra la corrupción afirmando que «la corrupción es un fenómeno social complejo que afecta a todos los países, mina las instituciones democráticas y contribuye a la inestabilidad de los gobiernos, a la vez que frena el desarrollo». Esta declaración constituye uno de los principales avisos acerca del papel que la corrupción podría alcanzar a nivel internacional, motivo que respalda la inclusión del ODS 16 en la Agenda 2030.

¿Cómo se puede contribuir a conseguir el ODS 16 desde el ámbito de la sociedad civil? En Fundación por la Justicia hemos puesto nuestro empeño en alinear nuestros proyectos con los ODS, especialmente el 16. Por eso apostamos por los derechos de las mujeres y de la infancia (microcréditos en Senegal y Escuela de Nazaret), en contra de la mutilación genital femenina en Etiopía o el proyecto de acogida y formación para mujeres víctimas de trata y sus hijos e hijas en València. En el campo de la formación, lo hacemos a través del curso ‘online’ sobre sobre ODS y DD HH, y de sensibilización a la sociedad mediante el Festival Internacional de cine y DD HH, o en materias de gobierno abierto y a través de diversos informes sobre corrupción (pacto contra la corrupción, medidas y propuestas a los partidos políticos en materia de corrupción, etcétera).

Los resultados de nuestra aportación al ODS 16 forman parte del bagaje que queremos presentar en el 2030 porque estamos convencidos de que el desarrollo de un país está estrechamente relacionado con la salud de sus poderes públicos y el Estado de Derecho y porque consideramos fundamental para un avance decisivo en la lucha contra la corrupción contar con una sociedad civil que se apoye en el ODS 16 para conseguirlo.