La Administración pública resulta bastante ineficaz en algunos asuntos, sobre todo por su exasperante lentitud. Abundando en el tema y en relación con el Ayuntamiento de Valencia, un destacado político vocacional valenciano, de profesión arquitecto, Filiberto Crespo Samper (q.e.p.d.), quien me honró con su amistad, con su personalísimo humor me contó un hecho que le ocurrió ejerciendo su citada profesión en la Administración municipal : había encargado un cuño con la leyenda «pase a quien proceda» por si llegaba a su mesa algún problema ajeno a sus competencias y cuando lo usó se encontró con que, al cabo de unos meses, el documento que había despachado con el citado cuño apareció sobre la mesa de su despacho.

Lo escrito con anterioridad guarda relación con lo que describo a continuación: El pasado 5 de Julio publicó Levante-EMV «Residencias para mayores en El Cabanyal». El 21 de Septiembre, «Gerontofobia y gentrificación en El Cabanyal», ambos escritos en la edición digital. Y el 15 de Diciembre, «Los pacientes crónicos necesitan una atención integral ante el nuevo panorama post Covid».

En los dos primeros casos se explica la necesidad de la existencia de Residencias para mayores en El Cabanyal, como también cierta fobia a los ancianos, pidiendo a las autoridades competentes, especialmente a la concejal encargada de ello, su instalación de forma adecuada, con personal eficiente y medios bastantes (o sea, como las residencias privadas de cinco estrellas, que las hay), aprovechando que se está tramitando el Plan Especial del Cabanyal (P.E.C.). Y en el tercero que las personas mayores son las que siempre salen perjudicadas (lo normal es que los enfermos crónicos suelen ser ancianos).

Cerca de finalizar este año 2020 con su terrible coronavirus, nadie se ha hecho eco de esta perentoria necesidad en El Cabanyal. Es visible la mejora que está experimentando el barrio, pero en lo tocante a personas mayores no se está haciendo nada en absoluto. Ni los responsables citados del Ayuntamiento, ni concretamente el organismo Plan Cabanyal, teóricamente encargado de la rehabilitación integral, ni –-reitero—nadie en absoluto, está haciendo nada, de nada, que se sepa.

Las personas mayores de El Cabanyal que todavía quedan (por supuesto, cada vez menos) no merecen este olvido, habiendo como hay demasiados muertos de por medio. La conclusión es que lo expresado respecto a la ineficacia y lentitud de la Administración pública es bien cierto, así que seguiremos usando, sin descanso, la tribuna de Levante-EMV. Y si no surte efecto habrá que intentar remediarlo creando al respecto un SALVEM.