La palabra Brexit, que proviene de los términos en inglés “Britain” y “exit”, se ha consolidado para referirse a la salida del Reino Unido de la Unión Europea, y Brexmas, inventado por los medios de comunicación de la isla, deriva de Brexit y Christmas, por la fecha de su culminación.

Si imprescindible resulta conocer los grandes rasgos del acuerdo sobre el Brexit, muy interesante es resumir y analizar los momentos clave del largo camino recorrido, durante cuatro años y medio, transcurridos hasta su culminación.

Es necesario retrotraerse al comienzo de la década precedente. David Cameron, líder del partido conservador entonces, en las elecciones generales celebradas en el año 2010 no obtuvo mayoría absoluta, por lo cual hubo de coaligarse con el partido liberal a fin de formar gobierno para esa legislatura.

En las siguientes elecciones, el 07.05.2015, a fin de obtener la codiciada mayoría, necesitaba retener todos los votos de su partido y sumar los de aquellos que pretendían romper lazos con la otra orilla del Canal de la Mancha, e hizo la promesa insensata que si lograba su objetivo se comprometía a convocar un referéndum, planteando la continuidad o salida de la Unión Europea, convencido que lo ganarían abrumadoramente los partidarios de la permanencia.

El 23.06.2016 se cumplió la promesa del primer ministro, se realizó la votación; el resultado fue 51,9 % a favor de abandonar la Unión Europea y 48,1% por la continuidad. El día siguiente, Cameron, que había defendido la postura inesperadamente derrotada, presentó su renuncia al cargo.

El 29.03.2017, Theresa May, sustituta del dimisionario, activó, por primera vez en la historia de la Unión Europea, el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece: "Todo Estado miembro podrá decidir retirarse de la Unión de conformidad con sus propios requisitos constitucionales". Se iniciaba el procedimiento de salida cuya duración se prevé de dos años.

El 08.06.2017, Theresa May, que había accedido al cargo de primera ministra por cooptación de su partido, pretende convalidarse con los votos de los ciudadanos, para lo cual convoca elecciones legislativas anticipadas. El desenlace, muy adverso, es la pérdida de la mayoría absoluta que hasta ese momento tenía el partido conservador, lo cual la obliga a firmar una alianza con el DUP, (partido unionista nord-irlandés), minoritario, defensor intransigente de la unión de esa provincia con la Gran Bretaña.

El 13.11.2018 la Unión Europea y el Reino Unido logran el primer acuerdo sobre el Brexit, que es aprobado en Bruselas, en reunión extraordinaria el 25 de noviembre, pero la Cámara de los Comunes británica lo rechaza, por no aceptar la cláusula que se refiere a la situación en la que queda Irlanda del Norte, conocida como “backstop”. Se vuelve a rechazar sucesivamente en votaciones los días 15.01.2019, 12.03.2019 y 29.03.2019. El Brexit es atrasado dos veces a la fecha inicialmente prevista. Theresa May dimite el 07.06.2019.

Boris Johnson, fanático defensor de la ruptura, sucede a la Sra. May el 23.07.2019 y negocia un nuevo acuerdo. La Unión Europea concede otro atraso del Brexit, para el que se fija el 31.01.2020, fecha, definitiva esta vez, en que los británicos abandonan formalmente la Unión Europea. Se establece un período de transición, hasta el 31.12.2020, durante el cual en las islas seguirán vigentes las normas europeas y se negociará un acuerdo para regular las nuevas relaciones entre las dos potencias.

Entretanto, en las elecciones legislativas convocadas para el día 12.12.2019 el partido conservador recupera la mayoría absoluta, lo cual potencia a Boris Johnson y lo libera de las exigencias radicales del DUP.

En marzo de 2020 se inician las negociaciones sobre las futuras relaciones comerciales y de seguridad entre el Reino Unido y la Unión Europea. Las vicisitudes de esos casi 10 meses, hasta la conformidad definitiva el 24.12.2020, merecen un capítulo específico, otro tanto ocurre con la cláusula “backstop”.

Gran Bretaña había ingresado en la entonces denominada Comunidad Económica Europea el 01.01.1973. De ahí a la fecha de partida, el 31.01.2020, han transcurrido 47 años. Para llegar a este final, expresaba una avezada periodista europea que psicodramas, sorpresas y fechas incumplidas han marcado los cuatro años y medio de negociaciones. Han intervenido tres insensatos primeros ministros británicos: Cameron cometió la irreparable imprudencia de convocar el referéndum, Theresa May llevó la ruptura más allá de lo que se prometió en la campaña, exigiendo la salida de la unión aduanera y del mercado interior de la Unión, y Johnson, ha surfeado sobre la tabla de un soberanismo trasnochado, anhelando la grandeza de un imperio que ya pasó.

Las primeras reflexiones recogidas van poniendo en evidencia las pérdidas de todo tipo que han de sufrir ambas partes, mucho más el Reino Unido, como consecuencia de un divorcio innecesario, instado desde el lado más vulnerable, el que menos beneficios había de obtener. Paradógicamente el Brexit se materializa en un momento en el que las encuestas reflejan que si se votara ahora la victoria caería al lado de los partidarios de la permanencia. ¡Cuanta importancia tiene contar con políticos y dirigentes preparados, competentes, sensatos, experimentados, reflexivos y prudentes!.